Caso Bretón
Campanario y el «pinchazo gate»
Su abogado pide la nulidad de las escuchas telefónicas del «caso Karlos». «Os llevaré a todos en mi mochila», afirma la mujer de Jesulín vía móvil.
No hay presunción de inocencia que valga, al menos para ella. A María José Campanario le tocó ayer enfrentarse a uno de los peores días de su vida. Al mal trago de tener que sentarse en el banquillo, se le sumaron los gritos de «ladrona» que se oían a gran volumen desde las vallas de seguridad instaladas ex profeso en las puertas de la Audiencia Provincial de Cádiz. A alguno también se le escapó el ya mítico «Arriba la Esteban».
Aferrada a su botella de agua y pendiente en todo momento de su madre, Remedios Torres, ambas llegaban a eso de las tres y media de la tarde acompañadas por el diestro Jesulín de Ubrique. Lo hacían en coche, a diferencia de otros acusados. De nada sirvió. Los flashes y las alcachofas ya estaban en la línea de salida ávidas de algún suspiro, exclamación e incluso un mal gesto. Pero María José apenas los miró. El semblante serio, gafas de sol y coleta tirante recordaban a aquellos tiempos en que la gran Lola Flores se plantaba delante de un juez pidiendo una peseta a cada español delante de una nube de reporteros.
Ya en la sala, Campanario se aferraba a la mano de su progenitora mientras el presidente de la Sección Cuarta, Manuel Grosso, daba el pistoletazo de salida a las defensas para que presentaran sus cuestiones previas. Y no, no fue el reputado abogado Francisco Baena Bocanegra, quien tratará de sacar a María José libre de cargos, el que tomaba la palabra, sino la defensa del inspector médico acusado, Francisco Casto. Cabe recordar que se juzga un presunto fraude a la Seguridad Social y que a la de Ambiciones se le acusa de haber pagado 18.000 euros para conseguir una pensión de invalidez para su progenitora.
«No pacto con mi dignidad»
Pero ella proclama su inocencia a aquel que quiere escucharla, dice que fue engañada y, de hecho, rechazó pactar su condena con el fiscal. Ayer repetía el mensaje a través de su perfil de Whatsap: «Gracias a todos. Os llevaré en mi mochila. Os quiero», informa Ep. Y eso que el teléfono no ha sido precisamente su aliado. Sobre la mesa del juez estarán también previsiblemente las escuchas telefónicas que las defensas han intentado que se desestimen.
Así, Bocanegra calificó el juicio como la «instrucción don teléfono» porque todo el caso «se ha montado a través de las escuchas» e insistió en que «la verdad no se puede conseguir a cualquier precio». Sobre los posibles pactos a los que podrían haber llegado algunos de los acusados afirmó rotundo que «no le preocupa», sobre todo después de haber escuchado a su cliente decir: «Somos inocentes, no pacto mi dignidad».
Belén Esteban: «A mí ella no me conoce»
La de San Blas no da su brazo a torcer ni cuando se la halaga. El pasado sábado LA RAZÓN publicaba una entrevista con la esposa de Jesulín de Ubrique bajo el titular «Belén Esteban es una persona generosa». Ayer, la princesa del pueblo contestaba desde «su» programa «Sálvame»: «A mí ella no me conoce».
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