Almería

Una tormenta de cinco horas deja tres muertos en Córdoba

Los más de 220 litros por metro cuadrado caídos son «un fenómeno que habrá que estudiar», según la Aemet.

Dos mujeres se afanan en achicar agua del garaje de su vivienda en Aguilar de la Frontera, uno de los municipios más afectados junto a Bujalance
Dos mujeres se afanan en achicar agua del garaje de su vivienda en Aguilar de la Frontera, uno de los municipios más afectados junto a Bujalancelarazon

SEVILLA- Empezó a llover con mucha fuerza pasadas las 20:30 horas y no aflojó hasta las 02:00, una «tormenta extraordinaria» en la campiña de Córdoba que dejó más de 220 litros por metro cuadrado en algunas zonas, tres muertos y miles de vecinos con graves daños materiales en sus viviendas. Aguilar de la Frontera, Bujalance y Montilla fueron los municipios más afectados por estas intensísimas precipitaciones, que se cobraron las vidas de E. P. C., una mujer de 56 años, y J. A. U. V., su sobrino de 29, que viajaban en un todoterreno que fue arrastrado por la riada, y de J. L. P. G., un hombre de 36 años aplastado por un muro de su casa que no pudo resistir la acumulación de agua y cayó sobre él.

La tormenta sorprendió a los cordobeses, porque aunque la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) había previsto las precipitaciones, no había hecho lo propio con su intensidad, hasta el punto de que la alerta no se activó hasta bien entrada la noche. Un pluviómetro indica incluso que en Aguilar de la Frontera cayeron 286 litros por metro cuadrado en poco más de tres horas, una cantidad «verdaderamente extraordinaria, importante y significativa para el interior de Andalucía, es un fenómeno que habrá que estudiar con profundidad», según indicó Ángel Rivera, portavoz de la Aemet.


«Factor sorpresa»
Este «factor sorpresa» de la tromba de agua que azotó Córdoba tuvo mucha incidencia en los dos accidentes que se cobraron víctimas mortales. Así, los fallecidos en Aguilar decidieron regresar al domicilio de la mujer desde la finca en la que pasaron el día festivo, «porque el tiempo se estaba poniendo muy malo y tenían los toldos de la casa sin recoger», según confirmó a LA RAZÓN una tía del fallecido.

El todoterreno en el que viajaban los tres ocupantes circulaba a las 21:45 horas por un camino de la Laguna Zóñar cuando fue arrastrado por el agua y el conductor, F. R. P., un hombre de 31 años, y su madre, que iba en el asiento del copiloto, salieron despedidos. El primero sufrió heridas leves y pudo avisar por teléfono a la Guardia Civil, mientras que el cadáver de la mujer no fue encontrado hasta las 08:20 a 150 metros del lugar. El cuerpo sin vida de su sobrino quedó atrapado en el asiento trasero del vehículo. «Deja una niña de nueve meses, pobrecita mía», se lamentó su familiar.

La víctima de Bujalance, un hombre de 36 años, estaba en el patio trasero de su casa retirando unas chapas para favorecer la evacuación del agua y se acercó a la pared para coger la jaula de pájaros cuando el muro se desplomó sobre él, sepultándolo entre los escombros. Su padre y su hermano, que también estaban en la vivienda, tuvieron problemas para no ser «engullidos» por el «verdadero río» que entró al ceder la tapia.

Otras dos personas fueron salvadas de una muerte segura en Aguilar de la Frontera por un vecino, Joaquín López, quien rescató a ambos cuando eran arrastrados por la riada. Después de mucho esfuerzo, consiguió agarrarlos a ambos y los tres se subieron a un muro «donde estuvimos tres horas sentados hasta que pasó la tormenta y pudimos bajar una vez que descendió el nivel del agua».

«Por mi puerta entró un auténtico mar y enseguida alcanzó los dos metros de altura. Tengo que tirarlo todo, los muebles, los electrodomésticos... Esto es un desastre», indicó Rafael, un vecino del barrio de El Tejar, de Aguilar de la Frontera, cuyo Ayuntamiento, al igual que el de Bujalance, solicitará la declaración de zona catastrófica.

El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, abandonó sus vacaciones por unas horas para visitar la zona afectada e hizo hincapié en la «gran dimensión» de la tormenta, que «se esperaba seca».



ANÁLISIS
Un fenómeno imposible de predecir
- ¿Cómo es posible que la alerta se decretara cuando la lluvia arreciaba?

–Las previsiones de la Agencia Española de Meteorología indicaban fuertes lluvias en la zona de Almería y Granada y no detectaron la fuerte tormenta de Córdoba hasta que el radar meteorológico dio el aviso. Cuando reaccionaron, no había tiempo para avisar a los vecinos de las zonas afectadas.

- ¿Cómo es posible no detectar un fenómeno tan importante?
–Para que una tormenta de estas características se produzca, se necesita la conjunción de varios factores imposibles de predecir. Este «fenómeno extraordinario» se da en un cinco por ciento de los casos y ocurre cuando en la superficie hace mucho calor, en la atmósfera hay vapor de agua, hay un efecto de succión en las capas altas y se chocan dos tormentas.

- ¿Estas tormentas son habituales?
–Sí, pero acostumbran a darse en zonas costeras, donde hay mayor humedad. Suelen ser tormentas fuertes que afectan a una zona reducida, por lo que si se producen en zonas deshabitadas pasan desapercibidas.