Atlético de Madrid

Pamplona

Simeone el idilio continúa (0-4)

El Atlético golea a la Real Sociedad y consigue un triunfo a domicilio después de ocho meses. Falcao, tres goles, uno de penalti, y Adrián firmaron el triunfo del colectivo

Simeone el idilio continúa (0-4)
Simeone el idilio continúa (0-4)larazon

El Atlético se remangó en Anoeta, marcó cuatro goles psicológicos y logró una victoria a domicilio después de ocho meses. El idilio continúa y el efecto Simeone sigue su curso. Trabajo, disciplina, solidaridad y unas gotas de calidad en momentos puntuales fueron los ingredientes del equipo rojiblanco para tumbar a una Real Sociedad que no ofreció su mejor cara, a la que le costó jugar contra el resultado y que vio cómo se terminaba su racha de siete jornadas sin perder.

El triunfo se cimentó con un gol a los tres minutos de Falcao, de penalti, tras mano de Demidov. Jugada para el enfado de los jugadores realistas, que se pasaron el partido recriminando a Muñiz su actuación y pidiendo faltas inexistentes. Y es que a la Real le sentó muy mal el tanto encajado y sólo reaccionó en los últimos minutos del primer tiempo, cuando el Atlético se dedicó más a los menesteres defensivos que a buscar la puerta de Bravo.

Los partidos se deciden muchas veces por pequeños detalles y el tempranero gol le sirvió al Atlético para tener el control, para juntar líneas, presionar con criterio y ser muy solidario en defensa ante un rival que sólo amenazó en las faltas que lanzó. Courtois no hizo ninguna parada de mérito y el peso del encuentro estuvo siempre en las botas de Diego, en las soberbias internadas de Juanfran por la derecha –excelente el alicantino en la jugada del segundo gol– en los robos de Arda, en las habilidades de Adrián y en la pólvora de Falcao –cinco goles en dos partidos–. En el cóctel de Simeone, el trabajo estajanovista de Mario y Gabi, muy acertado el capitán en el cambio de juego del segundo gol, también hay que tenerlo en cuenta, porque este Atlético aparece ahora como un bloque sólido, convencido de lo que hace y en el que, además, une una buena condición física. Se nota, como dice Kiko, la mano del profesor Ortega porque los jugadores están rápidos y frescos para no dejarse sorprender por el rival, ayer una Real que amagó y no dio y en la que parece un pecado que un hombre como Xabi Prieto no sea titular. Cuando Montanier le mandó a la batalla y le colocó en una banda, el partido ya estaba inclinado del lado rojiblanco.

El ardor que ponen los jugadores en la pelea conlleva que todos los futbolistas defensivos, a excepción de Godín, vieran la amarilla. Hasta Diego y Falcao se sumaron a la fiesta de las tarjetas de Muñiz. El brasileño no podrá jugar la próxima jornada en Pamplona. Y eso que en la segunda parte, tras el gol de Adrián después de una gran jugada de Juanfran, la Real bajó los brazos y vio cómo era superada en todas las zonas del campo por el Atlético.

Un Atlético que manejó el partido a su antojo, que se movió con criterio, que ensayó el disparo a puerta con Mario Suárez, Arda y Diego, y que se juntó delante de su área para robar y salir con la pelota jugada siempre a través de la magia del brasileño, al que Simeone le exige hasta la extenuación. Cuando se le acabó la gasolina fue Koke el que entró. Y el canterano tuvo tiempo de dar el pase del cuarto gol, obra de Falcao, que cerró así su tarde goleadora y demuestra que si hay balones en el área, allí esta él para rematar en cualquier posición.
Impecable en varios aspectos la imagen del Atlético, aunque en algunas fases le falta un poco de pausa. Pero parece que Simeone lo tiene todo controlado y el equipo mezcla bien el juego largo de Godín y Gabi con los balones al hueco o al pie de Diego y Arda. Adrián aparece para mezclarse entre ellos y llegar al remate. Lleva el asturiano más goles que el año pasado con el Deportivo. Juega con libertad y se mueve bien por todo el frente de ataque, por detrás del depredador Falcao.

La gloria será para el colombiano por sus tres tantos, pero habrá que recordar que con Simeone el Atlético no ha encajado un gol. Y eso es señal de que las cosas se están haciendo bien.