Escritores

Carmelitas y alfredistas

La Razón
La RazónLa Razón

La derecha es el sistema, el demonio de la banca y la divinidad del dinero. Los oligarcas que dejan a su suerte a esa «pobre gente, de bares y lecherías» que «hace de un hijo una bandera, de una cerveza un cetro, de un tranvía su destino» (Umbral). Probablemente la derecha sea eso, y también sea un «para nosotros solos, ahora mismo». Pero «nuestra izquierda», ¿qué carajo es tras la plusmarca de nadería de Zapatero? La izquierda es un deseo, una camisa guardada en un cajón, un grito en los días que hay que madrugar, los más viejos del lugar y una voz que acaba por conformarse.

Dicho todo esto, aparecen Carmen Chacón y Pérez Rubalcaba, en el Carmelo, buscando adeptos para unas causas que no tienen más ideología que el poder. Ambos están escolarizados por la ambición, que no por los ideales. Y así se establecen dos bandos, carmelitas y alfredistas, con filas de partidarios convencidos a lo Anselmo Lorenzo. En aquella visita de Giuseppe Fanelli al Madrid de la Primera Internacional, el líder anarquista arengó a los obreristas en italiano y, como recordaba el propio Lorenzo, «nadie sabía italiano y, sin embargo, todos salimos convencidos». Carmen es la novedad. Otra cosa es que sea capaz de explicar a las cajeras y a los reponedores del Carrefour que la izquierda existe y que éstos la crean.