El Rayo pecó de ingenuo (2-0)

Todo o nada para Juan Carlos Garrido en El Madrigal. Enfrente, el Rayo Vallecano, rival complicado y con ambición, y en el ambiente, las palabras del presidente Fernando Roig anunciando que, de momento, no habrá fichajes para sustituir a Rossi, que se perderá la temporada. El partido, pues, tenía alicientes de sobra para que hubiera tensión, nervios y mucho morbo.
El gol de Bruno a la salida de un córner fue un respiro para el Villarral y un incentivo para el Rayo que buscó el gol, siempre con buen juego y posesión de la pelota. Al equipo de Sandoval, sin embargo, le faltó más decisión en los metros finales y el descaro de Lass no fue correspondido por sus compañeros.
Senna falló un penalti y el Rayo se fue al descanso con opciones. Porque el equipo juega bien, tiene las ideas claras y el déficit comentado de finalización. Además, la lesión de Tamudo trastocó sus planes.
Al Villarreal le costaba. Siempre con sus armas de buenas combinaciones a través de Borja intentaba afianzar el resultado. Se fue Movilla, entró Trashorras para seguir manteniendo el orden, pero el Rayo no hacía daño y en un contragolpe amarillo fue Borja Valero, al que dejaron conducir la pelota muchos metros, el que sentenció y dio vida a Garrido.