Cataluña

Referéndum sin cobertura legal

Mas desprecia las normas en vigor y advierte de que impulsará una consulta independentista aunque no tenga permiso del Gobierno

Mas se propone desafiar la legalidad y convocar una consulta sobre el Estado catalán
Mas se propone desafiar la legalidad y convocar una consulta sobre el Estado catalánlarazon

BARCELONA-Artur Mas conduce sin freno hacia la independencia. No hay código de circulación que valga para detener al líder de CiU, completamente decidido a que los catalanes ejerzan el derecho a la autodeterminación en la próxima legislatura, pese a que las normas impidan su frenético viaje a la secesión. «Lo normal sería intentar una consulta de acuerdo con las leyes y, si no se puede, hacerla igualmente. La consulta se debe producir en cualquier caso. Si se puede hacer por la vía del referéndum porque el Gobierno lo autoriza, mejor; si el Gobierno da la espalda y no autoriza ningún tipo de referéndum o de consulta, pues se debe hacer igual», afirmó ayer el presidente de la Generalitat en la segunda jornada del debate de política general.

El desafío a la legalidad de Mas se tradujo horas más tarde en un pacto entre CiU y ERC para convocar una consulta sobre el futuro estado catalán «prioritariamente» la próxima legislatura. El Parlament votará hoy mismo esta propuesta de resolución que no establece fechas concretas, pese a la insistencia de Esquerra por celebrar un referéndum en 2014. «Yo no quiero poner pausa en este proceso», concedió Mas al líder parlamentario de ERC, Joan Puigcercós, ansioso por celebrar un referéndum cuanto antes.

En este punto el líder de CiU recordó sus palabras de anteayer y los tiempos que se ha marcado para la emancipación de Cataluña. «Si se puede hacer en una legislatura mejor, mucho mejor, porque sé que estos procesos crean unas ciertas incertezas, esto es evidente, y en esta incerteza no se puede vivir siempre», comentó Mas.

Ciertamente, es imposible imprimir más velocidad al proyecto secesionista. Desde la manifestación independentista de la última Diada (11 de septiembre), Mas ha visitado la Moncloa para reclamar la soberanía fiscal, ha regresado a Barcelona con una negativa, ha volado por los aires la legislatura y ha anunciado que se presenta como candidato a unas elecciones plebiscitarias el 25 de noviembre con el propósito de lograr «una fuerza especial» rumbo a la autodeterminación. Casi nada y todo en 15 días.

Toda la oposición coincide ahora en que el líder de CiU se ha quitado la careta y ha renunciado a la tradicional ambigüedad que siempre ha definido el proyecto de la federación nacionalista. Sin embargo, no toda Convergència i Unió se ha convertido al independentismo, tal y como demostraron las palabras de Josep Antoni Duran Lleida. «El ejercicio del famoso derecho a la autodeterminación, que tantos recelos provoca, no es equivalente a la independencia. Yo puedo ejercer el derecho a la autodeterminación y apostar por una fórmula para continuar en el contexto de España», dijo el portavoz de CiU en el Congreso, que siempre se ha mostrado partidario de un modelo confederal.

Sin embargo, la apuesta confederal no figura en el pacto alcanzado ayer por CiU y ERC, que juzga «necesario consultar a la ciudadanía sobre la posibilidad de que Cataluña devenga un nuevo estado en Europa». En realidad, dijo Mas, su sueño es que Cataluña adopte la forma de un estado similar a Massachussets dentro de los Estados Unidos, pero como desconfía de unos Estados Unidos de Europa se propone que Cataluña sea como Dinamarca o Finlandia.
Perpleja por el rumbo de CiU, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, recordó a Mas que «no está en disposición de decidir cómo se hacen las consultas».