Masaje sobre el Mediterráneo

Óscar Higares enlaza un proyecto tras otro. Le hemos visto formando parte del jurado del programa Model Express, en Nova, y actualmente rueda «La soledad del triunfo», la nueva película de Álvaro de Armiñán sobre la vida de un torero y en la que tiene un pequeño papel: «Me apasiona el mundo de la interpretación», asegura. Otra de las cosas que le fascina es viajar con su familia. Uno de sus últimos destinos ha sido Palma de Mallorca, y allí se alojaron en el Hotel Hospes Maricel, un impresionante edificio de estilo señorial «con unas vistas increíbles al Mediterráneo. La piscina se funde con el mar y el agua se pierde en el horizonte». Desde el alojamiento se puede acceder directamente a la playa, por donde al diestro le gusta pasear y hacer snorkel: «me encanta nadar en el mar. Desde que participé en Supervivientes tengo una comunión con él muy bonita. El mar me dio de comer, y fue allí donde me aficioné al snorkel, a bucear y a contemplar los peces».
Las magníficas vistas de las que habla Higares se pueden observar mientras desayunas, algo que es imprescindible hacer en este hotel, pues presume de un menú degustación que fue elegido como el «Mejor Desayuno del Mundo» según los críticos gastronómicos. «Es espectacular, porque te sirven muchas cosas diferentes y muy bien presentadas. Y en esa terraza tan bonita, con esas vistas, todo sabe muchísimo mejor», asegura.
Su restaurante «ofrece una variedad de comida de primera calidad. Cualquiera de sus arroces son excelentes. También sus pescados, como la lubina al horno, a la sal, el mero…Y para picar, tienen una pizza de hojaldre muy buena». El establecimiento cuenta además con un menú japonés, opción elegida por Óscar sobre todo para las cenas. «A mi mujer y a mí nos apasiona», reconoce.
Las habitaciones pueden tener vistas al mar o a la montaña. La de Higares miraba al Mediterráneo, «con las paredes de piedra, que combinada con la madera le proporcionan sensación de calidez y un estilo moderno, pero a la vez clásico». El toque de modernidad lo tiene, por ejemplo, el diseño del baño, ya que «en la habitación de las niñas, los lavabos se separaban de la cama por un cristal».
Para relajarse, «el establecimiento tiene un spa con unos tratamientos maravillosos», afirma el ex torero, aunque quizá lo más llamativo es dónde te los dan: «En unas cuevas de piedra situadas sobre el mar. Estás casi colgando sobre él, oyendo el golpeo de las olas. Es el paraíso», recuerda con entusiasmo.