Andalucía

Vecino Barreda

La Razón
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Después de la barrena hecha estallar por Barreda en un acto de cuasi golpe de estado interno jamás visto en un partido español, al menos desde las conspiraciones de los barones de la UCD contra Adolfo Suárez, Zapatero no puede seguir demorando más su decisión de si se presenta o no a un tercer mandato. Y luego, cuando Barreda pierda sus comicios autonómicos, que los perderá, deberá poner a raya a los socialistas castellanomanchegos. Aunque no es menos cierto que, con estas detonadoras palabras del sucesor de Bono, Zapatero ha conseguido paradójicamente quedar a salvo de la previsible victoria de Cospedal el próximo mes de mayo, la cual se venderá como derrota de Barreda y no de Ferraz. Pero antes, mucho antes, este mismo otoño, el hoy presidente tiene que comunicar sin más dilación a sus gobernados si posee proyectos e ideas para seguir gobernando porque, de seguir, esta incertidumbre e indefinición terminarán decantándose con efectos perversos y adversos tanto a nivel de electorado como de organización de partido. Por ejemplo, bien que se lamentan aún muchos populares de que Aznar gustase tanto de marear la perdiz de su cuaderno azul. O porra dentro o porra fuera, o Zapatero exhibe autoridad suficiente para imponer las políticas que mejor estime oportunas frente a la crisis y generar confianza (nuestro futuro pasa por que el presidente nos aclare el suyo) o de lo contrario debe acabar con esta farsa, acortar la legislatura y hacer coincidir las elecciones generales con las municipales y autonómicas. No caben ya medias tintas después de la crítica descarnada, descarada y desleal vertida por José María Barreda sobre el que se supone es su secretario general, el cual, si calla, estará otorgando que le tomen por el pito de un sereno y con él a España entera. Aquí Griñán de momento calla, pero si los socialistas pierden Castilla La Mancha, Andalucía quedará tan aislada como el último reino nazarí y el verdadero drama del PSOE es que no sabe aún si Griñán sabrá defenderla como un hombre o llorará como el último rey moro.