Barcelona

«A las clínicas abortistas sólo les interesa el negocio no las mujeres»

Víctima del aborto, denuncia la desinformación sobre las consecuencias

«A las clínicas abortistas sólo les interesa el negocio, no las mujeres»
«A las clínicas abortistas sólo les interesa el negocio, no las mujeres»larazon

Madrid- Esperanza Puente es portavoz de la Fundación RedMadre de ayuda a las embarazadas con problemas. Nació en 1966 en la localidad de Miguel Esteban (Toledo). Es madre soltera desde los 18 años. Al quedarse embarazada por segunda vez de forma inesperada decidió abortar. De eso hace ya 14 años. Ha hablado con miles de mujeres dañadas por esta experiencia y ha escrito sus testimonios en el libro «Rompiendo el silencio» (Libros Libres).–¿Por qué dice usted que es una víctima del aborto?–Porque me convirtieron en víctima. En el Centro Dator de Madrid, hace 14 años, me abocaron a abortar, sin información de lo que sería, de cómo moriría mi hijo, de las consecuencias psicológicas que tendría que sufrir, ni de que había otras alternativas, que existían entidades que podían ayudarme si seguía con mi embarazo. Yo no les llamo médicos, porque no me curaron de nada. –Hay un discurso que dice que la mujer es madura e inteligente para decidir... –Es madura e inteligente, pero en el aborto se la manipula y engaña. La chica está rodeada de silencio, sola ante el aborto. Por eso hablo de «romper el silencio». Depresión, angustia, trastornos de alimentación, cambios de ánimo bruscos... y consecuencias más difíciles de tratar incluso, como las autolesiones, las pesadillas recurrentes, el rechazo del sexo o, por el contrario, una promiscuidad compulsiva como reacción. Abortar deja un vacío que muchas intentan llenar con alcohol, drogas... Es lo que se denomina síndrome post-aborto, muchas lo sufren sin saber lo que es porque no se habla de ello. Desde el año 2004 he viajado mucho, recibo infinidad de correos electrónicos, llamadas... En cinco años habré encontrado a unas 5.000 mujeres que abortaron y tienen estos síntomas. Con ayuda se puede superar, con ocultación, no. –Visita usted también colegios e institutos con el objetivo de informar a los más jóvenes, ¿cómo ve a la juventud actual? –Los jóvenes se han creído la frase esa de «embarazo no deseado». Creen que si el embarazo es imprevisto, el niño no recibirá amor, y será infeliz. Eso es falso. Y esa idea hace que le quitemos gravedad al aborto, cuya primera víctima es el bebé, luego la madre, después la familia y toda la sociedad. –¿Cómo ve reflejado el tema del aborto en la prensa? –Reducen el aborto a un tema religioso o ideológico y esto no es así. No es un tema de buenos y malos; es hablar de la vida y la muerte. Mueren nuestros hijos: porque estamos embarazadas de nuestro hijo, no de lechugas. El tabú es la muerte. Se tapan las muertes, se diluyen hablando de ideología o de religión. La mayoría de las chicas que encuentro con un sentimiento patológico, dañino, de culpa, por haber abortado, no son personas religiosas. El daño de la culpa no depende de la religión. –«Hay mujeres que dicen: "Yo he abortado y no es para tanto"».–Después de abortar algunas jóvenes entran en un proceso de negación, de negar el daño que viven. Y otras expresan reafirmación. Ambas cosas, el silenciarlo o el repetir «no me afecta», son reacciones psicológicas de negación... Llega un día en la vida de esta mujer que lo acumulado y lo negado explota con virulencia. –¿En qué debería consistir de verdad un consentimiento informado para las mujeres que abortan? –Que expliquen a la mujer los pasos de la intervención y sus riesgos psíquicos y físicos. Que le expliquen cómo es su bebé, porque es un bebé. Que expliquen el método por el que se llevará a cabo: la succión, la expulsión, etc. Que expliquen lo que harán después con los restos del bebé. Hoy los textos del consentimiento informado que se entregan a las pacientes son muy incompletos: sólo reconocen cuatro consecuencias menores, esconden las demás. En las clínicas abortistas tampoco se hacen cargo de las complicaciones posteriores a la intervención: si vuelves sangrando te remiten al hospital público, se libran de ti. «Mala praxis»–Chica sangrando reenviada a hospital: suena como el caso por el que acaba de ser condenado en Barcelona el portavoz de la patronal de clínicas abortistas ACAI, el empresario abortista Santiago Barambio.–Conozco a este señor y me alegra que el tribunal lo haya condenado por mala praxis médica. Cuando coincidimos en programas de televisión siempre presume del material de última generación de sus clínicas, del entrenamiento continuo de sus cirujanos... Ya se ha visto que no es verdad. Sólo les interesa el negocio, no las mujeres.

Voz de la experienciaEsperanza Puente es una activista en contra del aborto que tuvo que interrumpir el embarazo de su segundo hijo hace 14 años. Asegura que aún sufre las secuelas psicológicas de esa vivencia. Su testimonio ha sido escuchado en diversas organizaciones, entre las que destacan Naciones Unidas y la subcomisión del Congreso sobre el aborto –al que fue invitada por el Partido Popular–, además de diversos foros y medios de comunicación de todo el mundo. Acompaña cada uno de sus discursos con figuras de fetos en las primeras semanas, como forma de concienciación. En la actualidad, es portavoz de la fundación RedMadre, dedicada a la búsqueda de alternativas ante la experiencia del aborto y al acompañamiento de mujeres con este tipo de problemas. Su actividad profesional se enmarca dentro de diversos programas de ayuda a embarazadas y a la puesta en marcha de proyectos e iniciativas que contribuyan a paliar los efectos psicológicos después de un aborto.