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Almunia sostiene al Arsenal

 

Almunia tocó la pelota, pero no pudo impedir que el disparo de O'Shea acabara en gol
Almunia tocó la pelota, pero no pudo impedir que el disparo de O'Shea acabara en gollarazon

El campeón se puso serio en las semifinales de la Liga de Campeones y dejó a un lado las dudas que le acompañan en los últimos partidos. Salió a por el Arsenal desde el minuto uno, como si no quedaran noventa por delante, como si la fatiga no existiera, y se fue al descanso sólo con un gol gracias al acierto de Almunia. La gran actuación del portero español permite a los «gunners» soñar con la final. Un 1-0 es un mal resultado, pero no horrible. Almunia paró todo lo posible en una demostración de reflejos y colocación espectacular, e incluso en el gol llegó a tocar la pelota. O'Shea remató muy fuerte y desde cerca en un rechace que le llegó tras un córner. El lateral fue el héroe inesperado. Aunque estuvieran Cristiano Ronaldo, Tévez o Rooney, el menos mediático resolvió.

Los equipos ingleses juegan cómodos cuando se enfrentan a rivales de su propio país. Es un fútbol vistoso porque no hay tregua ni pérdidas de tiempo, de un lado a otro sin parar y sin apenas pasar por el medio del campo. Sin mucha elaboración. El Arsenal es la excepción. Se parece al Barça en su concepto de juego, apuesta por el toque y la pausa, pero el Manchester ayer no se lo permitió hasta la segunda mitad. Los «diablos rojos» impusieron el ritmo loco que les convenía, ése que no suelen atreverse a utilizar cuando el rival es de otra nacionalidad. Pueden jugar a varias velocidades y ayer decidieron empezar directamente en quinta.

Fletcher y Carrick mandaban en el medio, Anderson llevaba el balón un poco más arriba y la movilidad de Tévez, Cristiano y Rooney se encargaba del resto. El Manchester jugó sin un referente ofensivo hasta la entrada de Berbatov en la segunda parte, pero tampoco lo necesitó para asfixiar al Arsenal. El conjunto capitaneado por Cesc no tenía el balón y por tanto no existía. No sabe vivir sin él. La mala noche de Walcott y la ausencia de Van Persie por lesión impidió que su equipo explotara la vía de la velocidad. Los de Wenger no se encontraron hasta la segunda mitad. La intensidad descendió y el United se sintió a gusto jugando al contragolpe. Cesc y Nasri se adueñaron de la pelota para dar tranquilidad a los suyos cuando el partido se ralentizó, pero les faltó ser más incisivos, un poco de profundidad. Los centrales del Manchester lo tuvieron fácil para controlar a Adebayor y el Arsenal no llegó a tener una ocasión clara de marcar en todo el choque. Si los encuentros no se decidieran por los goles anotados, el Arsenal podría ser el mejor equipo del mundo.

Ferguson sacó a Giggs por Tévez. El argentino había hecho un partidazo y no se podía creer que él fuera el elegido. Cristiano siguió en el campo y al contragolpe ofreció lo mejor de su catálogo, especialmente un disparo desde fuera del área que reventó contra el larguero.

El Manchester lleva 24 partidos consecutivos sin perder en Europa. El Arsenal debe cortar esa racha el próximo martes si quiere estar en la final de Roma.