Centro de Arte Reina Sofía
Ansesa en Vilacasas
Hace algún tiempo hablé en esta columna de Enric Ansesa. Sigo pensando, como entonces, que este pintor de Girona sigue siendo un desconocido en nuestro país, lo que es injusto para la nada desdeñable calidad de su trabajo. Afortunadamente hay quien apuesta por Ansesa de una manera generosa. Antoni Vilacasas, uno de los últimos mecenas catalanes, le acaba de dedicar en su Espai VolArt una interesante exposición que me reafirma en la calidad del pintor. Digo pintor y creo que me equivoco al etiquetarlo de esta manera. En Ansesa hay mucho más porque también encontramos a una suerte de alquimista, alguien que es capaz de resurgir el «object trouvé» duchampiano, pero haciéndolo suyo. Sus piezas no son esculturas sino que rezuman un lirismo novedoso en el arte catalán, con la excepción de la poesía visual del mejor Brossa. Hay otra característica en esta exposición que conviene señalar y que, por otra parte, también se puede constatar en varios cuadros que cuelgan en la recién inaugurada Fundació Vilacasas del 22@. Ansesa es el mejor intérprete del color negro. Sus óleos están inundados con este color, pero todo ello se desarrolla con la suficiente habilidad como para construir diversos tonos de negro. Con todo ello consigue un hermoso poema, a veces dramático, a veces inquietante, pero siempre personal. Por eso creo que merece la pena acercarse a esta exposición.
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