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Botox: llega la competencia

Botox: llega la competencia
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Saltaba la noticia en el pasado Congreso Mundial de Dermatología de Buenos Aires: Vistabel, comercializado por Allergan, los únicos laboratorios fabricantes de la toxina botulínica con fines estéticos en España, dejaba de ser la gallina de los huevos de oro. O, al menos, ya no estaba sola: después de 5 años siendo el tratamiento antiarrugas preferido de los españoles y haberse realizado más de 260.000 intervenciones a cargo de la casa, otras dos decidían lanzar su versión. La primera, la alemana Merz, creaba Xeomín. ¿Su aportación? Supuestamente, una mayor pureza en el producto (también botox de tipo A), lo que reduciría el riesgo de producir anticuerpos, los culpables de que el efecto dure menos. En España también un laboratorio aprovecha el tirón: Galderma pondrá a la venta en junio Azzalure (Dysport/Rexolina en otros países, donde se usa hace tiempo), que promete una velocidad de acción mayor. Es decir, que si usted decide paralizar las arrugas del rostro, ahora deberá escoger el producto que lo haga mejor. ¿Y por qué tanto revuelo cuando abundan los procedimientos que aseguran devolver la juventud en un visto y no visto? Veloz y seguro Hasta la fecha, utilizada con fines estéticos, esta toxina (también es efectiva contra el estrabismo, la sudoración de axilas, etc.) está respaldada con 3.000 estudios clínicos que avalan su seguridad, no ha tenido incidencias y es veloz como pocos tratamientos: varios minipinchazos en una sola sesión que paralizan el músculo causante de las líneas de expresión y tres días después, ni rastro. Esto, hasta 6 meses, cuando toca repetir. De precio, unos aceptables 600 euros, frente a los definitivos liftings que requieren bisturíes, anestesia y, por tanto, suman ceros y efectos adversos. Además, no sólo corrige ahora el tercio superior de la cara: también cuello, escote, código de barras, nariz descolgada y encías prominentes. Todas ellas son recientes aplicaciones. Aunque el colectivo de odontólogos hace un par de meses denunciara el uso del botox en labios para tratar la sonrisa gingival alertando de su riesgo de muerte, algo que, a juicio unánime de dermatólogos y médicos estéticos, está fuera de lugar y no tiene precedentes. Para el dermatólogo Ricardo Ruiz, de la Academia Española de Dermatología y director de la Clínica Dermatológica Internacional (www.skinlogic.es), «es seguro y eficaz si el médico que lo infiltra conoce el producto y la anatomía de los músculos faciales. La toxina que utilizamos en la consulta es una proteína que ha sido refinada y purificada y se usa en mínimas dosis, por lo que no existe un riesgo de efectos adversos. Se dice que podría multiplicarse la dosis por 60 sin que existiera la más mínima repercusión». Responde así a la competencia, que aduce una mayor pureza por parte de Xeomín, y mayor rapidez según Azzalure. «La ventaja de Xeomín es que no hace falta meterlo en la nevera, y la del laboratorio español, aún sin confirmar, es que podría tener mayor velocidad de acción que Vistabel, para lo cual se están realizando estudios. Lo que sí es cierto es que Azzalure es eficaz y seguro». El tercero, PurTox Aunque aún no se habla de ello, un tercer laboratorio en discordia, Mentor, está desarrollando PurTox, bajo la promesa de mayor rapidez. Y usted se preguntará por cuál se decide y qué ventaja saca de tanta oferta. Para el dermatólogo Pedro Jaén, Jefe de Dermatología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, «todos estos botox parecen seguros, aún es pronto para saber cuál es mejor, y la competencia supone una ventaja para el paciente: abaratará los precios». Bienvenido sea, en los tiempos que corren.