Islas Canarias

Detectan por primera vez radiaciones de planetas ajenos al Sistema Solar

Dos equipos de investigadores han detectado por primera vez desde la Tierra las emisiones térmicas luminosas de planetas externos al Sistema Solar, lo que les ha permitido calcular la temperatura de su atmósfera.

Hasta ahora, el conocimiento de las atmósferas de los planetas exosolares de la Vía Láctea procedía de la información registrada por telescopios espaciales, principalmente del Spitzer. Sin embargo, esta útil herramienta empezará pronto a deteriorarse debido a las bajas temperaturas que soporta.
Por eso es tan importante el logro científico descrito hoy en la revista "Astronomy & Astrophysics", porque elimina una frontera en el estudio del universo. "Es reconfortante saber que cuando Spitzer deje de funcionar, este tipo de estudio contribuirá a que no muera este campo de investigación", explica la investigadora Mercedes López-Morales, de la Institución Carnegie (EEUU).
Este organismo, junto al Instituto de Astrofísica de Francia, observó el planeta OGLE-TR-56b, que es del tipo "júpiter caliente"y está situado a 5.000 años luz de la Tierra en dirección al interior de la galaxia. Un júpiter caliente es un planeta masivo que orbita muy cerca de su estrella, por lo que tiene calor suficiente como para emitir radiaciones detectables desde la Tierra. Para estimar las radiación emitida por OGLE-TR-56b, los científicos midieron las diferencias en las emisiones térmicas del planeta y su estrella cuando ésta lo eclipsa.
Tras analizar más de 600 imágenes procedentes de dos grandes telescopios de Chile, los científicos llegaron a la conclusión que el planeta irradia calor rojo como lo hace una "estufa de cocina". Pero ese planeta no sólo emite longitud de onda infrarroja, también luz óptica visible. La atmósfera de OGLE-TR-56b tiene una temperatura de 2.400 grados centígrados (mayor temperatura que las captadas por Spitzer), un dato que permite a los investigadores saber que el calor es demasiado elevado como para que se formaran nubes de hierro o silicio que mantuvieran al planeta en oscuridad.
Además, descubrieron que apenas hay viento en su atmósfera y que tiene la propiedad de la inversión térmica, es decir, que una capa cálida sostiene a una más fría debajo. Por su parte, un equipo de la Universidad de Leiden (Holanda) midió, utilizando imágenes del telescopio William Hershel de La Palma (Islas Canarias), las ondas infrarrojas que el planeta TrES-3b emitía cuando se colocaba detrás de su estrella. Esto permitió a los científicos establecer su temperatura atmosférica, de más de 1.700 grados centígrados, y descubrir que el lado diurno del planeta es "extremadamente caliente"en comparación con el nocturno.