Asia

Conflicto armado

Dimite Prachanda «el feroz»

Dimite Prachanda «el feroz»
Dimite Prachanda «el feroz»larazon

Durante más de una década fue un líder guerrillero maoísta, apodado «el feroz» por poner en jaque al Ejército nepalí con clamorosos atentados, purgas sangrientas y una disciplina de acero. Ayer compareció con un traje de corte italiano, encorbatado y peinado hacia atrás, anunciando su renuncia como primer ministro de Nepal. Los enemigos que han forzado su salida son los mismos que le plantaron cara bajo las faldas del Himalaya: la vieja jerarquía militar que no acepta que un Gobierno de inspiración comunista imponga su doctrina en lo que hasta hace poco más de un año era la última monarquía hinduista del mundo. La transformación de Pushpa Kamal Dahal, alias «Prachanda», se ha gestado en doce meses. Ése es el tiempo que ha tardado en recorrer el camino que dista desde el barro de la lucha armada a la esgrima de la alta política. Está claro que su batalla se libra ahora en las altas esferas, pero los analistas no terminan de explicarse qué hay detrás de esta inesperada dimisión, que podría convertir en papel mojado la victoria de las elecciones de hace un año, cuando su guerrilla se convirtió en el partido más votado del país, impuso la República y prometió enterrar el mal gobierno de una monarquía empedernidamente corrupta y ajena a una de las estadísticas más sangrantes de Asia: un 40% de la población en régimen de «pobreza extrema», un 80% sobreviviendo con una agricultura de subsistencia en el campo. Decíamos que Prachanda ha perdido, al menos de momento, un nuevo pulso con los altos mandos militares. La crisis definitiva se desató cuando el ex guerrillero decidió destituir al jefe del Ejército, Rookmangud Katawal, quien durante meses se ha negado a integrar a los guerrilleros maoístas en las tropas regulares. El enfrentamiento entró en un punto muerto durante el fin de semana, cuando el presidente de la recién nacida República nepalí se negó a firmar la dimisión y apoyó en una carta abierta a Katawal. «Esta decisión es un ataque contra la democracia y el proceso de paz», se quejó Prachanda, antes de renunciar. Resulta paradójico que quien se alzó en armas contra el Ejército abandone ahora el poder dócilmente ante las presiones de los mismos generales que le plantaron cara en una guerra civil que duró diez años y que venció en las urnas. «El feroz» tiene 53 años. Volverán a oír hablar de él. Eso seguro.Miedo al ejércitoPrachanda justificó su dimisión asegurando que quiere evitar que se agrave la tensión que sufre el país y poner en peligro la transición. Y es que la paz de Nepal está recién estrenada: no fue hasta 2006 cuando los maoístas aceptaron abandonar la lucha armada a cambio de poder entrar en política. Aunque ganaron las elecciones en abril de 2008, el músculo bélico ha decaído considerablemente y los 19.000 guerrilleros que quedan siguen esperando su reinserción en campamentos supervisados por la ONU. El Ejército, temen, podría aplastarlos y recuperar el poder que perdió en las históricas votaciones.