Burgos
El debate nuclear: a favor / en contra
La apuesta nuclearPor María Teresa DE LARA / Portavoz Cambio Climático del PPTres son los principios que deben presidir la política energética: seguridad de suministro, competitividad económica y lucha contra el cambio climático. En estos momentos, y posiblemente en las próximas décadas, ninguna fuente de energía primaria tiene capacidad, por sí sola, para contribuir de manera satisfactoria según los principios enunciados.El PP apuesta por un mix energético diversificado, con una contribución significativa de todas las fuentes bajas en emisiones, incluida la nuclear, que hoy representa alrededor del 20% del total de la producción eléctrica nacional, evita la compra de 1.000 millones de barriles de petróleo anuales y de 40 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.Las energías renovables deben seguir teniendo un papel destacado, ya que poseen características que las hacen atractivas: son limpias, autóctonas y reducen la dependencia energética, pero son intermitentes y existen limitaciones técnicas para gestionar un mix energético de generación de electricidad con mucha energía intermitente. Por ello, no pueden enfrentarse, en ningún caso, las energías renovables a la energía nuclear, como hace, con un profundo desconocimiento, el presidente Zapatero. Las energías renovables y la energía nuclear son complementarias.Se está produciendo un renacer de la energía nuclear en todo el mundo, especialmente en la UE. Ello se debe a la creciente dependencia energética, que en España supera el 80%, frente al 50% de la UE, y a la dificultad de cumplir los compromisos de Kioto. No parece, no obstante, que ese renacer nuclear se produzca en nuestro país. El CSN ha emitido un dictamen favorable a que la central de Garoña sea explotada otros diez años. Las recientes declaraciones de Zapatero, utilizando falsos datos contra las centrales nucleares, parecen indicar que, lamentablemente, en la decisión final prevalecerán razones políticas frente a criterios técnicos.
Una planta obsoletaCarlos BRAVO / Portavoz de GreenpeaceEl 5 de julio finaliza el permiso de explotación de la central nuclear de Santa Mª de Garoña (Burgos). Es una central obsoleta y peligrosa: diseñada en los años 60, su autorización de puesta en marcha data del 30 de octubre de 1970. Es de un tipo de reactor tan antiguo que está fuera de normativa.Su deterioro y envejecimiento son muy evidentes. Prueba de ello, y del agotamiento de su vida útil, es que el reactor de Garoña está aquejado por un fenómeno destructivo denominado agrietamiento por corrosión bajo tensión (stress corrosion cracking-SCC). Este problema afecta a diversos componentes internos de la vasija del reactor (éste es el verdadero corazón de la central nuclear, ya que alberga el combustible de uranio), motivo por el cual la seguridad de esta instalación se encuentra seriamente comprometida. Está agrietado el 70% de los tubos que atraviesan la vasija del reactor, por los que pasan a su interior las barras de control, que son el «sistema de frenado» de la reacción nuclear. Es un problema de envejecimiento muy preocupante, ya que el deterioro se ha producido de una manera progresiva, continuada e intensa a lo largo de sus 38 años de operación. Además, en 1994 se detectaron roturas de las soldaduras de la envolvente del núcleo del reactor, otro elemento importante relacionado con la seguridad del equipo. Se confirman así los fallos de diseño y fabricación de elementos importantes en este tipo de reactores antiguos, cuya importancia ha sido minimizada por el Consejo de Seguridad Nuclear. Garoña está sobradamente amortizada. Su cierre no afectará al suministro de electricidad. Ningún obstáculo económico impide cerrarla, salvo la codicia de las compañías eléctricas propietarias, Iberdrola y Endesa, que quieren seguir lucrándose con esta vieja central aunque sea exponiendo a la población y al medio ambiente al riesgo de sufrir un accidente nuclear.
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