El del siglo

El Real Madrid tardó media hora en enterarse. En ella recibió el gol de Renato, quien remató sin oposición el centro de Perotti. Durante treinta minutos, el Sevilla, converti- do en duro fajador para evi- tar la aparición de los finos estilistas, se hizo con el balón, dominó el centro del campo y creó peligros en entradas por las bandas. Na- vas y Perotti, especialmente éste, crearon jugadas en las que los defensas madridistas anduvieron perdidos. En el primer tanto sevillista co- laboraron Ramos y Torres. El primero, también en el segundo.Pasado el citado tiempo, el Madrid comenzó a parar los avances sevillistas y se asomó a las cercanías de Palop. En el 30, Higuaín tuvo la primera ocasión pa- ra marcar. Cambió el partido, se frenó el frenesí y comenzaron a aparecer los centrocampistas madridistas. El empate llegó por sus zagueros. Tocó de tacón Ra- mos en medio campo y Metzelder arrancó hasta el fondo del campo y su pase lo envió Raúl a la red. El Ma- drid hizo de Madrid. El Sevilla no lo supo matar y el partido cambió de color. En la segunda parte, a quienes habían corrido más se les acabaron los pulmones. Ni siquiera los cambios para refrescar al equipo sirvieron de gran cosa. El Madrid, que había dosificado más el esfuerzo, se adueñó del partido y ganó con toda claridad. En los momentos decisivos apareció Raúl González, quien se anotó una tripleta.Las ausencias de Pepe y Robben no se notaron en el Real Madrid. La siguiente incógnita está en saber si ocurrirá lo mismo en el nuevo partido del siglo contra el Barcelona en el Santiago Bernabéu.