El espacio interior es lo primero

Nadie puede enseñar a Citroën a buscar soluciones originales para sus automóviles. Y lo demuestra una vez más con el C3 Picasso, en el que confirma su habilidad para crear monovolúmenes. Además, sabe dotarlos de un ambiente interior espacioso, luminoso, práctico y confortable. Éstas son las virtudes que destacan en esta nueva propuesta. La denominación Picasso sirve a Citröen para definir los monovolúmenes de su gama. Con este C3 son ya cuatro los Picasso de su catálogo: Xsara Picasso, C4 Picasso y Grand Picasso. Cuatro modelos que, por sus innovaciones, sus mecánicas y, también, por su precio han conseguido unos éxitos de ventas sin precedentes. El C3, el más pequeño por sus dimensiones de la saga Picasso, ofrece tres niveles de equipamiento y una gama compuesta por dos motores diésel, de 90 y 110 caballos, y otros dos de gasolina, fruto de la colaboración con BMW, que rinden 95 y 120cv. Una buena operación de imagen de cara a un determinado público, que precisa de un vehículo amplio en su capacidad, pero también comedido en sus medidas, consumos y precio. En el nuevo C3 Picasso destaca la luminosidad interior. Su carrocería de cinco puertas y con techo transparente hace que en su interior todo parezca más grande, más espacioso de lo que en realidad sus medidas permiten. Las plazas, tanto delanteras como traseras, son amplias y de fácil acceso gracias al amplio ángulo de apertura de las puertas. El asiento trasero es deslizable, lo que permite que se gane más espacio en el maletero, que ya es el más grande en capacidad del segmento. Todo está pensado para conseguir el máximo de confort sin penalizar su capacidad de carga. Su diseño exterior, basado en el C3, es agradable y vistoso para mantener el sello personal e inconfundible de Citroën.