El Espanyol ve la luz

El Espanyol se resiste a marcharse a Segunda División. Acostumbrado como está a jugarse la vida en los últimos encuentros de cada temporada, maneja mejor los mo- mentos de tensión que sus rivales. Además, después de tener casi asumido su descenso, todo lo que consigue, aunque sea poco, le sir- ve para crecer. Y no fue poco lo que logró ayer con su victoria en El Molinón. Se acerca a la salvación y, además, mete al Sporting en la disputa por no caer al pozo.Fue un partido cómodo para los españolistas porque De la Peña tenía tiempo para pensar y espacio para pasar. Porque el Sporting juega, pero no muerde. Ideal para un equipo como el Espanyol y un «pensador» como De la Peña.Nené voleó con la izquierda un centro de Luis García para conseguir el primer gol y el Espanyol supo que no se le escaparía el par- tido. Y no porque el Sporting no lo intentara. Llegaba con dificultad y eso no le permitió saber cómo respondería Kameni a sus ataques. Se le vio nervioso al portero camerunés, aunque estuvo acertado en la única ocasión en que los asturianos le pusieron a prueba de verdad. Carmelo paró la pelota con el pecho y voleó antes de que cayera al suelo. Kameni voló para despejar la pelota que iba pegada al larguero. Y el Sporting supo que había perdido el partido. Poco después lo intentó Neru en un remate de cabeza a la salida de una falta. Pero sin éxito.Poco más hicieron después los locales aparte de aguantar las em- bestidas del equipo visitante, que ya jugó a placer. Y, además, a Pochettino le dio tiempo a encontrar soluciones en el banquillo para los tiempos que le quedan por delante. Porque los goles llegaron con las sustituciones. Con un disparo de Román Martínez que llegó, después de tropezar en Lora, hasta la red. Apenas dos minutos después y tras un robo en el centro del campo, el balón llega a Callejón que se protege de la entrada de Cámara y dispara marcando el tercer gol, momento en el que la mitad de los aficionados optaron por marcharse.Muchos hinchas gijoneses ya no vieron en el campo la expulsión de Barral por una entrada a Pareja, que el árbitro interpretó como agresión. El delantero gaditano se marchó a la caseta cuando quedaba un cuarto de hora para el final. El ex madridista había salido en la segunda mitad para ayudar a Bilic en el juego de ataque, pero fue la falta que provocó su expulsión la acción más destacada desde que saltó al campo.Al Sporting la esperanza que le queda es el aliento de su afición, de los que resistieron hasta el final del partido. Al Espanyol, su camino ascendente y la recuperación de Luis García, que participó en el primer gol y en varias jugadas más de peligro. El asturiano advirtió durante la semana pasada que no le importaba no volver a jugar si su equipo se salvaba, pero su fútbol puede ser muy importante ahora, cuando llegó el tramo decisivo, para el Espanyol.