España

El Gobierno no debe ignorar el éxito de la Marcha por la Vida

La Razón
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Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en toda España –la de Madrid fue multitudinaria–, en contra de la nueva ley del aborto libre. El éxito de la convocatoria ha sido indudable no sólo por su capacidad de movilización, sino por haber trascendido planteamientos de partido y por su apuesta positiva en favor de la vida. Como acertadamente señaló en la marcha de Madrid Joaquín Manuel Montero, miembro del Comité Federal del PSOE, «no se puede ser socialista y estar contra la vida». O más extensamente, no se puede ser demócrata y arrogarse la decisión de cuándo empieza y cuándo termina la vida. Antes que un compromiso religioso, ideológico o político, lo que ayer se puso de relieve es que la oposición al aborto libre es una exigencia ética que nace del respeto a la dignidad de la persona, de la embarazada y del no nacido. Por eso, sería una falta de responsabilidad que el Gobierno ignorase las movilizaciones de ayer y no reflexionara sobre la conveniencia de paralizar una ley que tanto rechazo genera, y no sólo porque recoja puntos tan polémicos como que una niña de 16 años pueda abortar sin el consentimiento paterno. De lo que se trata es de abrir un debate sin exclusiones ni sectarismos sobre cómo erradicar una de las lacras más graves de nuestra sociedad: que cada año más de cien mil embarazadas no vean otra salida que abortar.