Audiencia Nacional

El «sastre» aclara que no se ocupaba de la caja y que ignora «quién pagó» los trajes

La Razón
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MADRID- Ha decidido no hacer más declaraciones a los medios. Prefiere «vivir tranquilo» y esperar a que sea la Justicia quien corte el último traje del caso Gürtel. José Tomas García, el «sastre» de la tienda de ropa «Forever Young», por la que pasaron varios de los imputados en la supuesta trama de corrupción que investiga el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, está «dolido» y convencido de que al ponerle en el punto de mira, «han querido matar al mensajero». Y es que, desde que le citaran a declarar, primero como «investigado», y luego como «imputado» por el caso Gürtel, «le han hecho mucho daño», según aseguran fuentes de su entorno, y lo único que le importa «es su familia y sus hijos, que es su único y verdadero patrimonio», y no el de los 500 mil euros que han llegado a decir que tiene, porque «sobrevive gracias a un crédito que ha pedido». Según el entorno de José Tomás, en este momento el «sastre» desconoce «si sigue siendo un imputado» en la causa, aunque es algo que le es «totalmente indiferente». El «sastre» de Gürtel pidió al juez que le retirara la imputación y, según su entorno, está convencido de que si Garzón no lo ha hecho «es porque no puede, al haberse inhibido y haber pasado el caso a otros juzgados». En cuanto a si el presidente de la Generalitat valenciana pagó o no los trajes que la empresa «Forever Young» confeccionó para él o, por el contrario, lo hizo alguno de los vinculados a la supuesta «trama» de Correa, según las mismas fuentes, José Tomás «nunca se dedicó a la función administrativa ni a las asuntos monetarios. Es la cajera la que se ocupa de esa función», por lo que desconoce «quién pagaba». La misión de José Tomás García era la de tomar medidas, aunque sobre el cobro de los trajes, dichas fuentes mantienen que «hay pruebas de todo». Aún así, el que fue director de ventas de «Forever Young» no ha dejado de manifestar que «nunca variará» su opinión sobre Francisco Camps, la de un hombre «honrado, austero». Su entorno asegura que «no ha tenido un sólo reproche de la gente que le rodea», pero lamentan que a una persona como él, que ha tenido «tantas responsabilidades importantes, se la quieran cargar de un plumazo». Aún así, insisten en su fe en la Justicia.