Manchester United
Gerrard arrestado por agresión
El capitán del Liverpool fue uno de los seis detenidos por pegar supuestamente al «disc jockey» de un pub a las 2:30 de la mañana. Un suceso más en la larga lista negra del fútbol inglés
Madrid- «Tenemos que disfrutar nuestro gran momento», advirtió Steven Gerrard tras ganar el domingo al Newcastle (1-5, con dos goles suyos). Dicho y hecho. El partido terminó sobre las 15:00. Once horas y media después, el capitán «red» era arrestado por una pelea en un restaurante que por la noche se vuelve pub llamado «Lounge Inn», en la localidad de Southport. Gerrard salió con sus amigos a celebrar el triunfo. Seis hombres, entre ellos el jugador del Liverpool, fueron arrestados «bajo sospecha de agresión», según fuentes de la policía. Otro varón fue trasladado a un hospital con heridas en la cara, aunque no demasiado graves. El agredido, según publican algunos periódicos ingleses en su edición digital, podría ser el «disk jockey» del bar y la causa de la pelea, que éste se negara a poner una canción. Gerrard durmió en prisión y ayer fue interrogado en comisaría. Su coche, un Bentley, continuaba en la puerta del local. En el club no quisieron hacer ningún comentario del incidente. El arresto de Gerrard, que ya había tenido algún problema por conducir ebrio, se une a la lista negra de situaciones parecidas o más graves que de vez en cuando salpican al fútbol inglés. Son famosas las fiestas de los equipos antes de Navidad, sobre todo las del Manchester United. Este año el escándalo no pasó de unas fotos de algunos jugadores algo «perjudicados» y algunas bromas, como un compañero de Cristiano Ronaldo que apareció con una camiseta blanca y el «7» del jugador portugués. La de hace un año fue peor. Terminó con una llamada a la policía denunciando una violación. Cada jugador puso 5.500 euros, se celebró en un hotel de lujo con mucho alcohol y 100 invitadas. Las mujeres de los futbolistas no estaban entre ellas. El propio Cristiano también se vio involucrado en un presunto caso de violación. Acudió por voluntad propia a declarar y terminó absuelto y sin cargos. Y es que en muchas ocasiones se intenta aprovechar la fama de los jugadores para sacar «tajada». Otros escándalos son reales. El ex futbolista Paul Merson confesó en un libro su adicción al alcohol y la cocaína, lo mismo que el mítico capitán del Arsenal Tony Adams con la bebida; el chófer de Bryan Robson aseguró que su «jefe» bebía de domingo a jueves; George Best, que falleció alcoholizado, reconoció: «He gastado mucho dinero en mujeres y alcohol, el resto lo malgasté»; Paul Gascoigne ha ingresado varias veces en clínicas de desintoxicación y su hijo dice que va «a morir» dentro de poco. Los ejemplos de relación entre alcohol y futbolistas en Inglaterra son numerosos. La prensa sensacionalista británica lo aprovecha. El último gran escándalo tuvo como actores principales a algunos jugadores de la selección 48 horas antes de ser eliminados en la fase de clasificación de la Eurocopa de Alemania. Hubo una gran fiesta en la que John Terry, del Chelsea, que no podía jugar por estar lesionado, acabó vomitando y orinando dentro del bar.
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