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«Glamour» a cielo abierto

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No cabe duda de que el Mini es uno de los modelos más elitistas del mercado, no sólo en España, sino en todos los países donde se comercializa. La versión descapotable, de la que ahora se presenta la segunda generación, añade aún más exclusividad a este automóvil que ha sido, durante los últimos años, un símbolo de distinción entre los vehículos compactos. Por el momento, está disponible en las versiones Cooper y Cooper S, con 120 y 173cv., respectivamente, y se prepara la Cooper Works, de hasta 210cv., a la venta en breve. Todo un reto en el que se unen deportividad y diseño. Mientras el Cooper puede parecer un poco justo de motor, ya que no es muy elástico y hace falta llevarlo alto de vueltas, los otros dos se han hecho para disfrutar de la conducción. Una sensación placentera gracias a un chasis noble que asegura estabilidad en cualquier circunstancia, y a una dirección muy precisa. El interior ha sido cuidado hasta sus más pequeños detalles. En el salpicadero destaca un velocímetro quizá de excesivo tamaño, pero bonito, y mandos con un cierto toque de clasicismo. La capota se pliega en pocos segundos gracias a un motor eléctrico que actúa con eficacia. Y también cabe la posibilidad de abrir sólo una pequeña parte delantera del techo. El maletero no es un prodigio de capacidad, pero suficiente para meter un par de bolsas de fin de semana. Y quedan, además, los amplios asientos traseros para usarlos como espacio adicional si no viajamos cuatro.Sensación de libertadCuando lo usamos en versión abierta, los cristales y el deflector posterior aíslan casi totalmente a los ocupantes, que pueden disfrutar de esta sensación de libertad incluso en días un poco frescos. Cuando lo cerramos, la estanqueidad de la capota de lona es total y no se aprecian ruidos de viento y de cierres defectuosos. Como es lógico en un producto bajo la tutela de BMW, la seguridad es un apartado especialmente estudiado. Las barras de protección van escamoteadas en los asientos y sólo surgen en caso de que los controles detecten la posibilidad de vuelco.Tras la compra viene su personalización, importante en Mini, ya que la fábrica ofrece un catálogo de piezas para las mejoras no sólo estéticas, sino aerodinámicas o para optimizar el comportamiento.