Música

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La mano izquierda más poderosa

La Razón
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Podía desencadenar un vendaval como una brisa sobre el teclado. Oscar Peterson ha sido la mano izquierda más poderosa de la historia del jazz desde los tiempos del rag time. No le falta ningún valor –swing demoledor, continua inventiva armónica, destreza inigualable– para ello. Pero se suma algo más: centenares de aficionados, críticas y músicos han echado las muelas escuchando sus discos. Hace tres décadas, una colección incipiente de 50 álbumes de jazz era bien fácil que contuviera cinco vinilos de Peterson. A finales de los años 70, cuando el mercado nacional de los discos de jazz padecía severo raquitismo, se distribuyeron en España las grabaciones del pianista para el sello alemán MPS. Más tarde, sus seguidores pudieron dar con su extensa obra para Verve. Difícil no rendirse ante el encuentro de Ben Wester con Peterson («Soulville») o a las obras de su trío canónico con el guitarrista Herb Ellis y el contrabajista Ray Brown. Son de esos discos que se escuchan a lo largo de toda la vida. A algunos, cuando nos hablaban de Peterson, les recomendábamos a su claro antecesor, Art Tatum. En el camino de escuchar a decenas de otros pianistas, sería grave no reconocer la autoridad del canadiense. Y cuando la experiencia tenía la fuerza del concierto se acababa aplaudiendo con las orejas. Así fue en el Festival de Vitoria de 1981 y en el
Palacio de los Deportes de Madrid a fines de la misma década. Pocas veces el público se pone a aclamar en pie a lo largo del concierto. Oscar Peterson seguirá siendo una gran compañía para quien siga escuchándolo.