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Lecciones de filosofía oriental

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Doris Dörrie no oculta ni su pasión por los filmes de Yasujiro Ozu –estos «Cerezos en flor» están basados en sus «Cuentos de Tokio»–, ni su apasionamiento por la civilización japonesa (allí también rodó «Sabiduría garantizada» y «El pescador y su mujer»): «No soy de las que creen que todos los países se hayan uniformizado por la globalización. En el centro de Madrid, Tokio y Berlín hay los mismos Zaras, pero debemos tener la suficiente energía como para salir del circuito turístico y descubrir las diferencias». Así, aunque la flor del cerezo sea carne de postal nipona, la realizadora germana los toma prestados como metáfora de la fugacidad. Hasta allí viaja Rudi (Elmar Wepper) para dar el gusto póstumo que siempre negó en vida a su esposa (Hannelore Elsner), que había hecho del butoh –esa mezcla entre la cultura hippie japonesa y la danza expresionista alemana– su principal vía de escape a su tediosa rutina en un pueblo alemán. AutobiográficoRudi carga, además de con una enfermedad terminal que desconoce, con la sensación de no haber sido un buen compañero para su esposa: «Se da cuenta demasiado tarde, incluso llega a decir "si hubiera sabido que iba a durar tan poco tiempo, la hubiera tratado mejor". Es una pena, porque seguimos olvidándonos de estas pequeñas cosas cada día». Dörrie conoce perfectamente esta sensación porque perdió a su esposo, que era además el director de fotografía de sus filmes: «No suelo hacer demasiadas distinciones entre el trabajo y la vida, porque nadie lo hace. Todo lo que escribo está estrechamente relacionado con mi vida y mi trabajo consiste en buscarle un código», asegura sobre las referencias autobiográficas, pues además ella misma es una gran aficionada al butoh. En esa ciudad donde no puede orientarse por lo indescifrable de su alfabeto, donde se vuelve imposible la convivencia con su hijo –el favorito de su madre, que reside en Japón desde hace un tiempo–, encuentra a una joven bailarina de butoh que, «a pesar de que no hablan el mismo idioma y la diferencia de edad», le proporciona el apoyo suficiente como para culminar su existencia.