Conferencia Episcopal
Los obispos eligen a su presidente en vísperas de los comicios generales
madrid- Los obispos serán unos de los pocos ciudadanos que votarán en dos ocasiones en esta semana. El domingo, como el resto de los españoles, están llamados a las urnas para las elecciones generales, pero antes, mañana martes, tendrán que votar a quien será su presidente para los próximos tres años y al resto de cargos de la Conferencia Episcopal.
A diferencia de las Generales, las elecciones episcopales son más bien atípicas. Los candidatos no se postulan –aunque algunos no oculten su voluntad de serlo–, no hay ningún tipo de campaña, y ni tan siquiera los obispos interrumpen su trabajo mientras se hace el recuento de votos. Incluso, la trascendencia de la elección es mucho menor de lo que se piensa. El presidente de la Conferencia Episcopal no es más que un «primus inter pares», con más influencia moral que real. Y sin poder efectivo sobre el resto de los obispos que, de su gestión al frente de las diócesis, sólo responden ante el Vaticano.
Pero ahora, la coincidencia cronológica con las Generales ha puesto a las elecciones episcopales en un primer plano informativo. Una coincidencia significativa –en un trienio que ha estado marcado por los constantes enfrentamientos con el Gobierno– pero que no ha sido buscada (la fecha de la plenaria está fijada desde hace más de un año), y que tampoco condicionará el voto final de los obispos, por más que se especule que, en la actual utilización política que el Gobierno está haciendo de las actuaciones episcopales, la elección de uno u otro obispo podría acabar influyendo en los resultados de las Generales.
En ese sentido, como expresó hace unos días un cardenal español, los obispos actuarán «con mucha libertad», ya que sus elecciones «no son de tipo político» y no se pueden juzgar «con los mismos parámetros en que se opera en la vida pública». Los obispos ya demostraron su independencia, y dejaron claro que su calendario no se modifica por interpretaciones políticas, cuando mantuvieron la fecha para las beatificaciones de los mártires españoles, el pasado octubre.
Como adelantaba ayer este periódico, las principales opciones para presidente de la Conferencia pasan por la reelección de Ricardo Blázquez, o la vuelta del arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco. Aunque tampoco sería descartable que pudieran acceder a la presidencia los cardenales Antonio Cañizares, de Toledo, o Lluís Martínez Sistach, de Barcelona.
Como es tradicional, la plenaria dará comienzo con el discurso del actual presidente, el obispo de Bilbao Ricardo Blázquez, y el mensaje del Nuncio, Manuel Monteiro de Castro. Algunos obispos han manifestado en privado estar a la espera de un posible gesto de Monterio en sus palabras para decantar su voto hacia una u otra opción. Sin embargo, sin necesidad de esperar a este momento, los gestos de la Santa Sede han sido muy significativos en estos últimos tres años. Benedicto XVI ha mostrado su confianza hacia varios miembros de la Permanente, a los que les ha encomendado diócesis importantes, y sobre todo, a tres arzobispos, a los que ha creado cardenales. De hecho, será la primera ocasión en la historia en que, en una plenaria de la Conferencia Episcopal Española coincidan hasta cinco cardenales en activo, por lo que podría resultar paradójico que la presidencia no recayera en uno de ellos.
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