Londres

Los planes anticrisis de EE UU y la UE se enfrentan en la cumbre del G-20

Obama se empeña en inyectar más capital público y la UE pretende cerrar ya el grifo de los planes de rescate.

Un guardia de seguridad patrulla en el distrito financiero Canary Wharf en Londres
Un guardia de seguridad patrulla en el distrito financiero Canary Wharf en Londreslarazon

Londres- El próximo 2 de abril, los líderes mundiales se reúnen en Londres para intentar dar solución a la crisis más severa desde la II Guerra Mundial. Todos han mostrado sus mejores intenciones para levantarse de la mesa con un plan concreto, pero lo cierto es que las experiencias previas no dejan mucha esperanza.A pesar de que hay una apuesta común por reformar la regulación internacional financiera, queda el dilema del gasto público. Mientras que EE UU está obsesionado con dar más dinero, la UE se niega a volver a abrir el grifo de las inyecciones de capital público en la economía.Un colectivo anticrisisEl G-20 se creó en 1999 para dar respuesta a la crisis financiera de finales de los noventa y para dar voz a los países emergentes cuyo tamaño o importancia estratégica influyen en la economía globalizada. Está integrado por los países del Grupo de los Ocho (G8): Alemania, Canadá, EE UU, Francia, Reino Unido, Italia, Japón y Rusia, la Unión Europea como bloque, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía. España, pese a no pertenecer al grupo está invitada a la cumbre. En su conjunto, los países del G-20 acumulan el 90% del PIB mundial, el 80% del comercio global y dos tercios de la población de todo el planeta.El objetivo principal de la cumbre es las reestructuración del sistema bancario y el acuerdo sobre reglas comunes que instauren la confianza suficiente para restablecer el préstamo. Básico también es procurar que la economía internacional recupere el crecimiento y afrontar el problema de los paraísos fiscales. El sentimiento de la población es que la regulación no ha funcionado, por lo que los líderes también se plantean reformar las instituciones financieras internacionales que se crearon en 1940 para adaptarlas a 2009. En este sentido el Fondo Monetario Internacional (FMI) juega un papel básico.El FMI, protagonista Este organismo ha instado a los países a que destinen al fondo al menos el 2% de su Producto Interior Bruto. Los líderes europeos pedirán además que se dupliquen los recursos, hasta alcanzar los 500.000 millones de dólares, para que se pueda ayudar más rápidamente a los países con problemas. De esta cantidad, la UE está dispuesta a aportar entre 75.000 y 100.000 millones y espera que EE UU y Japón haga lo mismo. Los europeos plantean también un nuevo reparto de poderes dentro del organismo.Todos los mandatarios saben que si la cumbre termina sin acuerdos supondrá una auténtica catástrofe a nivel mundial. Todos van con sus mejores intenciones, sin embargo la idea que existe para superar la crisis a un lado y otro del Atlántico es completamente distinta y es aquí donde pueden surgir los problemas.Mientras que EE UU presionará a los líderes mundiales para que impulsen el gasto público, los países de los UE no quieren seguir engordando el déficit y prefieren esperar a ver el resultado de los planes de reactivación adoptados antes de volver a abrir el grifo. Francia y Alemania son los más críticos con el posicionamiento de Obama y prefieren centrarse en la regulación y supervisión del mercado.El anfitriónEl primer ministro británico, Gordon Brown, siempre había estado más cerca del planteamiento de EE UU, pero mientras realizaba un viaje previo a la cumbre que le ha llevado a EE UU, Brasil y Chile para preparar el terreno, el Banco de Inglaterra le advirtió de que no pueden permitirse un segundo plan de estímulo. La advertencia le ha hecho cambiar de opinión y ahora defiende que Reino Unido no inyectará más dinero público.La mayoría de los países se han mostrado a favor del encuentro, sin embargo no está claro si finalmente se va adoptar un nuevo gasto por parte de los gobiernos y si éste será respaldado por los mercados financieros, que al fin y al cabo son los que tienen que comprar la deuda. Es poco probable que se llegue a medidas concretas que pongan freno a las fluctuaciones de los tipos de cambio.Los planes para elaborar un nuevo sistema de reglamentación financiera mundial pueden ser lentos en materializarse, por lo que los resultados no serían inmediatos. Además, los países más pequeños pueden quedar decepcionados por su falta de influencia.

Cena de gala y reunión de trabajoLos mandatarios llegarán a Londres entre el lunes y martes. El miércoles, todos ellos están invitados a la una recepción con la reina a las 18:00 horas en el Palacio de Buckingham y posteriormente a una cena de gala a la que acudirán con sus esposas en Downing Street. El responsable de la velada será el conocido chef británico Jaime Oliver. La reunión de trabajo del jueves se celebrará en el edificio Excel, al suroeste de Londres. La jornada comenzará a primera hora de la mañana y, tras un «almuerzo de trabajo», el primer ministro británico, Gordon Brown, dará la primera rueda de prensa para presentar las conclusiones. Después tendrá la palabra el presidente de EE UU, Barack Obama. Por la tarde, cada mandatario ofrecerá una rueda de prensa para explicar su posición.