Cantabria

Nadie es perfecto

Este país es muy raro, y no sólo para los viajeros ingleses que recorrían en burro la piel de toro

La Razón
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Dicen que «Pepe el del Popular», el empleado de una sucursal bancaria de Santander acusado de una estafa de 36 millones de euros y detenido en México, es un gran tipo. Su actual compañera, Diana Judith Ortega, cuenta en los periódicos que no lo cambiaría por nadie, a pesar de que acaba de descubrir su verdadera identidad, ya que él le dijo, cuando entablaron relaciones, que se llamaba Roberto García Gómez y ahora, de la noche a la mañana, se vuelve a llamar, como mandan los papeles, José Pérez Díaz. La hijastra del bancario, de 25 años y licenciada en Derecho, fruto de una relación anterior de Diana Judith, espera que pronto salga en libertad porque «una rosa siempre es una rosa y no cambia de aroma aunque cambie de color».Nadie es perfecto, como se sabe, pero a uno le da un poco de miedo ese péndulo carpetovetónico que convierte, en un soplo, al villano en héroe, y viceversa. A «Pepe el del Popular», lo mismo que a Luis Roldán o a Julián Muñoz o a Mario Conde, le esperan los platós de la tele-basura para pagarle un buen puñado de euros a cambio de que cuente su aventura. Los ingredientes nutritivos para la morbosidad audiovisual son de libro: un director de una sucursal bancaria que montó un negocio paralelo, la «jet set» de Cantabria haciendo cola ante su mesa de negocios, intereses por encima de los oficiales, una fuga de película de Torrente, un amor azteca, una reconstrucción biográfica bajo identidad falsa, el debate jurídico sobre la prescripción de sus delitos, el parentesco con un candidato del PRI a las elecciones mexicanas, los vecinos de su aldea natal (Linares, en el suroccidente asturiano) que le esperan para darle un abrazo en los caminos en que vivió su infancia, y el empleado infiel que defrauda a los poderosos para aumentar las cuentas de los ahorradores, ¿Hay quién dé más?Este país es muy raro, y no sólo para los viajeros ingleses que recorrían en burro la piel de toro mientras vendían Biblias y escuchaban guitarras. Le darán el premio Nobel de Economía a Madoff, y a «Pepe el del Popular» lo veremos sucediendo a MAFO en el Banco de España. Siéntate a la puerta y espera…