Barcelona
Nissan reclama al Gobierno un aval millonario para continuar en España
BARCELONA- Los problemas de la compañía automovilística Nissan se multiplican. En primer lugar, por la falta de liquidez. El futuro de la empresa en España, concretamente de la fábrica de Barcelona, está supeditado a que el Gobierno haga de intermediario con los bancos y avale a la compañía. La fabricación de nuevos modelos depende de ello. El vicepresidente financiero de la compañía en Europa, Eric Nicolas, que es el encargado de las negociaciones con el Ministerio de Industria, advirtió ayer con tono de ultimátum de que «si no tenemos acceso a dinero, a `cash¿, no podremos desarrollar grandes proyectos para las plantas españolas. No estamos pidiendo dinero al Gobierno. Lo que necesitamos es que sea el propio Gobierno el que nos facilite acceder a este dinero, que podamos hablar con los bancos con el aval del Gobierno detrás. Si lo conseguimos, después lo invertiremos en España. Así de fácil». El propio Nicolas afirmó lo siguiente en una entrevista concedida a TV3: «España es un gran país industrial. Hay muchos jugadores, sobre todo en el sector del automóvil. Pero, señores, no todos sobrevivirán». Por ello, «el Gobierno tiene que escoger bien a quién apoya». Al parecer, la banca española ha cerrado el grifo a Nissan dejando en suspense la fabricación del coche eléctrico a partir de 2012. Pero los problemas no acaban aquí. Nissan necesita el crédito para preparar la planta de Barcelona y poder competir el año que viene por la producción de un nuevo modelo. Nicolas reveló al respecto que la multinacional nipona tiene intención de introducir en el mercado una pequeña furgoneta que será «muy innovadora» y en la que el grupo tiene depositadas «muchas esperanzas». Nissan, además, tiene otros frentes abiertos. El martes, la empresa Esteban Ikeda, proveedora de asientos de Nissan, solicitó un concurso de acreedores. Los 260 trabajadores, tras enterarse del cierre definitivo de la fábrica, situada en El Prat (Barcelona), decidieron ayer montar guardia a las puertas de la empresa para impedir su desmantelamiento. El stock acumulado, por lo tanto, no pudo llegar a Nissan. Por este motivo, la multinacional, que en un primer momento garantizó la producción, rectificó y anuló las jornadas productivas previstas para la semana que viene ante el peligro de quedarse sin suministro.
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