«No soy una chica póster»

¿Qué mujer no querría verse a los 40 como Jennifer Aniston? Tan esplendorosa está, que posó desnuda para la revista «GQ», en la que declaró que se sentía más cómoda con su cuerpo ahora que con 20. 2008 ha sido su año: no sólo se enfrentó públicamente a Angelina Jolie, la mujer que le quitó a su ex marido, sino que ha triunfado en todo el mundo con su nuevo filme. Aniston es, desde que protagonizó «Friends», una de las actrices más poderosas de Hollywood, una estrella de clase A. Y hoy luce unos soberbios zapatos de Louboutin y un vestido de Roland Mouret.–¿Le resulta difícil encontrar los papeles que le gustan, los de jóvenes divertidas, mundanas? –Sí, no hay muchos guiones donde elegir, y los que me llegan suelen tener a un protagonista masculino; es difícil encontrar comedias que nos traten igual que a ellos.–¿Y qué fue lo que más le atrajo de esta historia?–Su simplicidad, cualquiera puede sentirse identificado con ella, bien porque tiene perro, hijos, o porque les recuerda su propia relación. –Su personaje está volcado con la familia; como muchas mujeres. –Se trata de algo instintivo, somos quienes la cuidamos, pero luego tomamos también las decisiones, no podemos culpar a nadie de eso. –Le gusta vivir en el presente. –Lo intento. No me gusta planear nada, jamás he soñado con casarme. Al contrario, siempre me dejo llevar, quería irme de casa, sobrevivir de forma independiente. Vivo el momento.–El éxito tampoco se planea. –Jamás me pregunté cómo ser famosa; sólo pretendo hacer bien mi trabajo. Desde que mis profesores de arte dramático me dijeron que era una nulidad quise demostrarles que estaban equivocados. Aunque antes de «Friends» intervine en un montón de series que fracasaron. –¿Cuál es la mentira sobre usted que más la molesta? –Que, aparentemente, vivo siempre embarazada... –Fue muchos años «la novia de América». ¿Pesa la etiqueta?–No me veo un modelo a seguir, una chica póster, esa es una etiqueta que se cuelga a numerosas actrices y no le presto atención. –Acabe la frase: «Cuando los sueños se acaban...»–...hay que seguir disfrutando. Soy positiva. Ahora tengo un mundo nuevo frente a mí, antes era un plan, y un día te levantas y dicha meta ha cambiado por completo y te encuentras en una nueva situación. –Con toda la locura que se ha desatado a su alrededor, ¿cómo describiría este momento desde el punto de vista personal y profesional? –Estoy en la mejor época de mi vida, sobre todo, físicamente. Nunca me he visto igual. Y mi carrera va por el camino que quiero. –Por cierto, es de las intérpretes a quien más se las presiona por su aspecto, ¿le obsesiona mantenerse en forma?–Claro, aunque lo hago porque me gusta sentirme saludable, fuerte. Trato de hacer ejercicio regularme. –¿Diría que es una persona segura de sí misma?–Si te soy honesta, tengo bastantes momentos de inseguridad en los que mi autoestima está por los suelos. Que alguien haya creado una imagen mía no quiere decir que sea así las 24 horas al día.