Obama resucita al eje del mal

A este paso, Barack Obama va a tener que resucitar a los integrantes del «Eje del mal» en el que su antecesor, George W. Bush, incluía a Corea del Norte, Irán y Siria. Aunque Bush nunca explicó que significaba la inclusión en 2002, y esas naciones sí lo sabían. En los últimos siete días el régimen teocrático de los Ayatolas iraníes ha vuelto a probar otro misil balístico, capaz de alcanzar el territorio de Israel; con esto, el dictador comunista norcoreano demostró el aumento del potencial atómico con pruebas subterráneas y el lanzamiento de cinco misiles más perfeccionados. Cuando Obama decía que esos dos países «ponen en peligro la paz y la seguridad en el mundo» acertaba con lo que los demás gobiernos entendían por el «Eje del Mal». Porque una cosa está clara: otros regímenes son capaces de «desestabilizar» las relaciones entre aliados y extender sus revoluciones imaginarias por los continentes, pero nunca borrar del mapa a sus vecinos: Irán y Corea del Norte sí. Una vez que estos países han tomado la medida al presidente estadounidense, Obama tendrá que ponerse la gorra de Jefe de la primera potencia, porque todas las crisis llegan al Despacho Oval. Como le recordó, la semana pasada, el ex vicepresidente republicano, Dick Cheney, con motivo de las incertidumbres en el tema de Guantánamo, deber tener siempre «un plan de acción», no promesas de campaña.