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Pirandello tiene mucho cuento

«Tantas voces...» reúne cinco de sus famosos relatos en un espectáculo del Matadero Madrid que, hasta el 10 de mayo, sumergirán al público en la Italia de inicios del siglo XX.

La Razón
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Cuando no estaba ya lejos de culminar su gran proyecto de vida, la muerte lo sorprendió: Luigi Pirandello, italiano, cuentista, dramaturgo y Premio Nobel en 1934, se adjudicó la ardua tarea de elaborar una obra compuesta por 365 cuentos, uno para deleite de cada día del año. Consiguió crear 241, cada cual de su padre y de su madre: de cortos a extensos, de escritos en primera persona a redactados en tercera, unos dialogados, los otros, monólogos, y haciendo gala de toda suerte de registros. Pero tenían un denominador común, el ser trozos de vida, «pequeños espejos», según el autor, con ese humor inteligente tan característico de Pirandello que no explota la carcajada fácil, sino que «pellizca» al espectador y lo conduce a la reflexión.Ahora el Matadero Madrid presenta «Tantas voces...», que lleva a los escenarios una selección de cinco de estos cuentos: «La casa de Granella», «Limones de Sicilia», «Alguien ha muerto en el hotel», «El hombre de la flor en la boca» y «El certificado». Según Natalia Menéndez, directora de la obra, «se va a descubrir a un Pirandello distinto, muy cercano por la temática de las piezas», que tratan del rechazo, del debate de la justicia y la injusticia, del engaño y del abuso, e incluso del paro, «pero con humor, con un mundo de emociones nada críticas ni pedantes», asegura.Mofarse del clasismoDurante las dos horas que dura el espectáculo, siete intérpretes –entre los que figuran nombres como José Luis Patiño, Juan Ribó o Fidel Almansa– se meten en la piel de hasta 40 personajes diferentes «a toda pastilla», según la actriz Lola Casamayor. Ante los ojos del público, con una escenografía de tonos azules que rememora el Mediterráneo y con vestuario de época –puesto que la obra se ambienta a inicios del siglo XX–, pasarán personas de clases sociales y profesiones de lo más variopintas, desde la camarera que lustra zapatos al juez que decidirá mantenerse fiel a su propio código ético, pasando por el abogado que sólo cree en lo tangible hasta que una situación lo lleve al contacto con el más allá.Además de los ya mencionados, el autor de «Seis personajes en busca de autor» toca temas como lo azaroso de la vida –¿cómo entender si no la historia del viajero que, al perder su tren, charlará con un desconocido que hará que su vida cambie inexorablemente?–, y de la superstición, un tema muy poco tratado en el teatro. «Es una religión en Sicilia, más que el catolicismo. El autor juega con eso, porque era en lo que él creía; pero también con el espiritismo y las apariciones», afirma Menéndez. Así, la contraposición entre la gente de campo, más humilde y supersticiosa, y la de ciudad, refinada e instruida, se hace patente a lo largo de la obra, y en ocasiones da lugar a situaciones cómicas que al mismo tiempo ruborizarán al público, porque «¿quién no se ha reído alguna vez del clasismo?», cuestiona la directora. Aunque precisamente esta obra sea «para todos, nada intelectual y directa al corazón», dice.No deja indiferenteLos críticos siempre han tachado a Pirandello de «pesimista», pero Menéndez responde: «Yo creo que no. Lo que pasa es que él araña la vida y ve las dificultades de vivir en sociedad, las diferencias de clases y todo lo que nos influye permanentemente», explica.En cualquier caso, el público no se va a ir «de rositas», ya que la obra plantea, según la directora, «un abanico de interrogantes, sencillos y básicos, pero que son los más difíciles de contestar». El propio título de la obra nos indica que el espectador no sólo va a recibir las voces que los actores le transmitan, sino que «él mismo las creará, generará respuestas a las preguntas, porque le va a remover algo», asegura.

La traiciónSi Lola Casamayor tuviese que elegir una sola de las cinco piezas que protagoniza de «Tantas voces...», ésa sería «Limones de Sicilia» por lo que le transmite: «Me emocioné al leer el cuento, me llegó al corazón totalmente», reconoce. En ella interpreta a tía Marta, que, tras llegar a la ciudad junto a su hija Sina huyendo de la miseria pueblerina, se ve inmersa en una sociedad decadente, «de lujo y finura». Como explica la actriz, «esta pieza trata de cómo te miras al espejo después de haber traicionado a alguien, de cómo no te quieres ni ver»; y es que en su papel echa por tierra las ilusiones de un joven de campo que va a la ciudad con poco más que sus esperanzas pero luego deberá verse las caras con él, «que es lo duro», concluye Casamayor.

- Dónde: Naves del Español, Matadero Madrid. - Cuándo: hasta el 10 de mayo.- Cuánto: 22 euros. Tel. 91 5177309.