Estados Unidos

Preocupación ante la gripe porcina

La Razón
La RazónLa Razón

Tras reunirse con carácter de urgencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido rotunda: el brote de gripe porcina, una variante de la tradicional cepa H1N1 que mutó de los cerdos a los humanos, detectado en México y Estados Unidos es muy grave y la «situación es muy seria». En apenas unos días, en la capital mexicana se han registrado 882 casos, con el saldo provisional de 62 fallecidos. A estos datos hay que sumar los 8 casos confirmados en Estados Unidos y otros 9 sospechosos. Aunque todavía no se ha activado la alerta de epidemia, la virulencia con la que se está comportando el virus y la rápida evolución del brote han llevado a la OMS a poner en marcha rápidamente los protocolos de actuación.Todavía no se han detectado casos en otros países, pero parece que sólo es cuestión de tiempo dada la enorme facilidad con la que se transmite. Por eso, la OMS ha acertado en alertar, sin crear alarma, sobre la conveniencia de actuar con celeridad ante una enfermedad que puede convertirse en una pandemia. Hay que tener en cuenta que puede expandirse a todo el mundo en un periodo de entre tres y seis meses, puesto que se contagia de persona a persona. La mayoría de los países está actuando con prontitud al poner en marcha sus protocolos de prevención. España también, pero el Gobierno, al menos en estos primeros compases, está demostrando una cierta descoordinación, o al menos ésa es la sensación que se ha transmitido, entre Fomento, Exteriores y el Ministerio de Sanidad y Política Social con distintas recomendaciones. AENA, el ente gestor de los aeropuertos españoles, rápidamente envió una comunicación a todos los pilotos de los vuelos procedentes de México para que extremen las precauciones. Entre ellas, cabe destacar la información a la torre de control sobre la presencia de cualquier pasajero que presente los síntomas propios de la gripe. También ha activado un protocolo más que sensato: si se detecta a un pasajero con esos síntomas, se le deberá separar y aislar del resto. Al tiempo, el Ministerio de Exteriores ha recomendado a las personas que se vayan a dirigir a México que consulten la página web de la Secretaría de Salud del Gobierno mexicano. Sanidad, por su parte, ha difundido una serie de recomendaciones sanitarias a los españoles que vayan a viajar en los próximos días a México, además de transmitir a la opinión pública que está en contacto con las comunidades autónomas para informarles de la situación y facilitar así la coordinación. Hubiera sido deseable que los distintos ministerios se hubiesen comunicado entre sí, en vez de dar la impresión de que son compartimentos estancos. Lo más sensato hubiera sido transmitir un mensaje único con todas las medidas que ya se han puesto en marcha, en vez de que los ciudadanos tengan que ir de ventanilla en ventanilla para obtener la información completa.Esto parece aún más necesario en un asunto que afecta a la salud, un aspecto tan sensible para la opinión pública que merece un tratamiento extremadamente riguroso en el procedimiento para evitar la confusión. Porque de lo que se trata es de ser claros y precisos. Sanidad ha actuado con diligencia, ha activado los protocolos de actuación adecuadamente, con serenidad y sin crear alarma, pero no ha estado tan certera en su política de comunicación, que ha sido manifiestamente mejorable. No sólo hay que hacer lo que es conveniente, también hay que saberlo difundir de la manera más eficaz, tratándose, como es el caso, de la salud pública. Y ahí, la falta de habilidad ha sido evidente.