Estados Unidos
Sanidad en EE UU
Quedan 48 horas para que los americanos elijan quién les va a gobernar en los próximos 4 años. Ha sido una de las campañas más intensas que podamos recordar. En las primarias se habló de sanidad, sobre todo la señora Clinton, y en campaña Obama y Mc Cain, no han perdido oportunidad para anunciar sus propuestas sanitarias. Muchos se preguntan por qué los candidatos no han sido más ambiciosos. ¿Cómo es posible que uno de los países más ricos del mundo, que destina un 16 por ciento del PIB a sanidad, tenga a más de 40 millones de ciudadanos americanos sin acceso a la asistencia sanitaria o con un acceso es precario? Del gasto sanitario total apenas un 27 por ciento es aportado por fondos públicos a «medicare y medicaid», programas destinados a personas de más de 65 años, o con discapacidad severa o enfermedades crónicas. Y la cobertura no es total. El resto es aportado por particulares y seguros privados. La sanidad debe ser de acceso universal y equitativo, y aunque son encomiable algunas propuestas como la del señor Obama de garantizar la asistencia sanitaria a los niños o aumentar la cobertura, espero que, gane quien gane, el próximo presidente de Estados Unidos ponga en su agenda política un sistema sanitario americano para todos.
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