Suárez Illana y el Pacto

Tenemos una situación de desempleo similar a la de los Estados Unidos durante la Gran Depresión: al menos seis parados por minuto. Son datos de hoy. Nadie sabe dónde está el límite y cuándo se podrá detener esta catástrofe. Nunca un país europeo había hecho frente a una espiral de destrucción de puestos de trabajo como ésta. Una situación que podría provocar un estallido social de consecuencias imprevisibles, capaz de poner en peligro el propio sistema y, por desgracia, el bienestar alcanzado en las últimas décadas. Luchar contra todo esto exige un gran acuerdo nacional. Algo así como otros pactos de La Moncloa. Ni éste, ni otro gobierno podrá hacerlo sólo. El primero que lo dijo fue Adolfo Suárez Illana. Entre los más lúcidos y anticipativos hombres del Partido Popular. El hijo del presidente Suárez, al que precisamente acaban de premiar en estos días por la foto que mejor simboliza la Transición. Una imagen de su padre y el Rey de espaldas, que lo dice todo, publicada por todos los medios. Defiende el valioso e inteligente Adolfo Suárez Illana un Gran Pacto de Estado, que debería encabezar el Gobierno de España, para buscar entre todos una salida a una situación que ya es de emergencia nacional. Una especie de Pactos de La Moncloa como los firmados por todos los partidos en 1977, sólo que adaptados a esta hora de España. Lo dicho: un gran acuerdo nacional, con el compromiso de todos para el saneamiento y reforma de la economía y el estímulo de la producción y el consumo. Algo que debería llevarse a cabo, a partir, para empezar, de una mayor austeridad del sector público. Una tarea de tal envergadura que ningún Gobierno ni partido pueden sobrellevar en solitario. .