Valencia
Sube la participación en los feudos del Partido Popular
Una de las grandezas de la democracia es que los resultados de las elecciones son dignos de ser interpretados a gusto del consumidor. La abstención encabeza el manual del buen político ante los focos. Ese que dice que, en principio, ante las cámaras, todos tienen el derecho a ser considerados presuntamente culpables. IU, PNV y CiU se adelantaron, ya antes de que se cerrarán las urnas, a señalar a los dos grandes partidos –los que más votos reciben– de haber hecho una campaña que invitaba a la abstención. Hasta la líder de UPyD, Rosa Díez, nada más cerrarse los colegios electorales, manifestó que «la participación es una bofetada a los grandes partidos».
Lo cierto es que aunque casi se han repetido los números de hace cinco años, última fiesta de democracia europea, sí se han observado algunas tendencias que pueden servir para explicar el resultado final. Al menos, para hacer una interpretación del mismo. Por muy poco, pero se ha mejorado en décimas la participación. Se ha pasado de una abstención del 54,86 por ciento a un 53,9 por ciento. Los agoreros que vaticinaban que la participación se iba a desplomar se han equivocado. Eso sí, no es para echar las campanas al vuelo, en total ha habido más de 17 millones de españoles que no han ejercido su derecho al voto y casi 15 millones que sí lo han hecho. Primera conclusión: Europa sigue sin engachar.
Y es que aunque la participación en términos generales ha sido prácticamente idéntica a la que hubo en 2004, el reparto de los votos ha sufrido ligeras variaciones. Las comunidades autónomas de Madrid, Valencia y Galicia, caladero de votos tradicional de los populares, han sido de las pocas que han registrado una participación más alta que en los anteriores comicios. Ya tienen aquí un primer análisis al que aferrarse los perdedores y los ganadores. De los feudos socialistas, sólo en Andalucía y Extremadura han mejorado sensiblemente los números de participación. ¿El resto de las regiones? O casi calcan los resultados o se producen bajadas significativas. Vamos por partes.
En Madrid, por ejemplo, se ha pasado de un un 50,7 por ciento de abstenciones en 2004 a un 48,2 en 2009. Más de dos puntos de mejora en partición. Valencia repite ecuación a la región de la capital de España. En este caso la diferencia es de tres puntos, pasando del 49,5 de abstención de 2004 a un 46,5 en estos comicios.
Galicia es el último bastión de los populares que tampoco ha sufrido retroceso en participación. Es cierto que en 2004 su apatía fue generalizada y situó el nivel de abstención en un 55,7 por ciento. La mejoría en esta ocasión es sensible, de tres puntos también; la no participación se sitúa ahora un 52,7 por ciento.
Extremadura y Andalucía
Las dos regiones gobernadas por el PSOE que han mejorado significativamente su asistencia a las urnas han sido Extremadura y Andalucía. En concreto, en el caso de la región gobernada por José Antonio Griñán, se ha elevado el número de votos en más de punto y medio. De un 59,2 por ciento de abstención se ha pasado a un 57,5 por ciento. Los extremeños también han visto aumentar su fervor democrático europeo, que de estar en un 50,5 ha pasado a situarse en un 48,6 por ciento. En Castilla-La Mancha, último bastión histórico de los socialistas, la participación ha sido casi idéntica, mejorando una décima hasta colocarse en un 52,1 por ciento.
Preocupante es el nivel de participación de Cataluña y el País Vasco. En el caso de los catalanes, seis de cada diez votantes decidieron no ejercer su derecho al voto. Con un 62,4 por ciento de abstención, son una de las regiones con menor participación. Lo mismo ocurre con los vascos, donde la apatía se ha elevado tres puntos, pasando de un 55 por ciento en 2004 a un 58 en estos comicios. Por último, una de las regiones con más extranjeros comunitarios, las Islas Baleares, registró un altísimo nivel de abstención.
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