La holgada mayoría absoluta que los votantes gallegos han otorgado al PP merece unas puntuales consideraciones. La primera y principal es que el liderazgo de Mariano Rajoy está plenamente consolidado y no admite discusión alguna. Se ha desmontado la absurda teoría socialista de que una escasa participación ciudadana en los comicios gallegos favorecía enormemente las expectativas de voto de los populares. La inteligencia de los votantes gallegos no ha podido ser engañada por unos gobernantes que han dilapidado el dinero en gastos innecesarios. Por último, es una infamia pensar que el triunfo de Alberto Núñez Feijoó ha sido puesto en bandeja por la arbitraria persecución a cargos del PP del juez Baltasar Garzón, porque los protagonismos personales, al sabio pueblo gallego, sencillamente le resbalan.

Manuel Platas / Madrid