Trichet «dixit»

Trichet, el «baranda» del Banco Central Europeo, lo dijo bien claro, aunque con formas suaves, que la diplomacia es la diplomacia, ayer en Madrid: España necesita una reforma laboral y también moderar los salarios para recuperar, al menos, una parte de la competitividad perdida. «Hay que dejar de indexar los mismos al objetivo de inflación», señaló. Justo lo contrario de lo que piensa el vicepresidente cuarto en la sombra del Gobierno Zapatero, Cándido Méndez. El amigo Jean Claude siguió así los pasos ya dados con anterioridad por otros próceres socialistas, como Joaquín Almunia, el comisario económico; otro tanto había dicho también en su momento el Gobernador del Banco de España, el amigo MAFO.Sin embargo, tal y como van las cosas, no veo yo al actual inquilino de La Moncloa haciendo caso de estas tesis, porque sigue echado en los brazos del secretario general de la UGT, que es el que de verdad parte el bacalao desde la sombra en las medidas económicas, sociales y laborales, mal que pese a la vice Elena Salgado y al ministro de Trabajo ¿o del paro?, como decía ayer en este periódico Iñaki Zaragüeta, Celestino Corbacho. Mientras, cada vez son más las voces que alertan sobre la conveniencia de alcanzar un pacto de Estado, unos acuerdos de La Moncloa bis, o como se quieran llamar, mediante el diálogo social y con los principales partidos, con el fin de salir del atolladero. ¿A qué espera el presidente del Gobierno para impulsar este proyecto?