El presidente del Euskadi Buru Batzar (EBB) del PNV, Iñigo Urkullu, confirmó ayer que se sintió disgustado por «el tono» empleado por el lendakari, Patxi López, el sábado, al término de la manifestación de protesta por el asesinato de Eduardo Puelles, y le acusó de no consensuar con los partidos la convocatoria de la marcha. Pero no sólo eso, pues advirtió de la «injusticia» que puede suponer intentar plantear «la estrategia» de que «ahora empieza la verdadera historia de la sociedad vasca y la Ertzaintza».

En una entrevista a Radio Euskadi, Urkullu aseguró que, al margen de las precisiones expresadas en su blog de internet ante las últimas críticas recibidas por anteriores Gobiernos y su actitud ante la lucha antiterrorista, será preciso concretar más «lo que ha sido la realidad que se ha vivido en la sociedad vasca y la actuación del PNV y los lendakaris anteriores» al socialista.

El dirigente jetzale recordó, además, que siempre han condenado los atentados «tanto por una cuestión de principios éticos como también por una cuestión política». «Necesita más concreción lo que he escrito, tanto en sensaciones y sentimientos. El hecho de estar callado en la manifestación como ante lo que ha sido la gestión de las últimas 72 horas, no quiere decir que otorguemos el beneplácito de todo lo que se ha hecho», dijo.

Por otra parte, respecto a la supuesta crítica de un alto dirigente del PNV ante la intervención de la viuda, emplazó al «periodista que ha escrito esto» a decir «con nombres y apellidos quién ha dicho tal cosa». Para el líder del PNV, la intervención de la esposa fue oportuna porque se debe ofrecer «a la viuda, a la familia y a los allegados todo el respeto ante el dolor que siente».