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Zapatero ensalza el «patriotismo de los hechos» en el estreno del AVE a Málaga

La Razón
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MÁLAGA- «No te contengas, disfruta». Esto era lo que le pedía el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a la titular de Fomento, Magdalena Álvarez, en la inaguración del AVE a Málaga, su tierra. La ministra se mostró orgullosa de haber podido concluir esta infraestructura, la cual, según el presidente, demuestra que «el mejor patriotismo es el de los hechos». Todo fue según lo planeado. Todo, menos lo que no se podía planear: las protestas. Los afectados por el trazado tomaron la estación malagueña, aunque las autoridades trataron de evitar que se les escuchara desde el interior. Estaban allí desde dos horas antes de que llegara el convoy, que fue puntual, al igual que en la salida.

Eran casi las 10:00 cuando en la madrileña estación de Atocha se repetía el guión. El alcalde y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre, respectivamente, despedían a Zapatero, y a Álvarez. Una vez a bordo, el tren comenzó a circular sin problemas ni fallos. Previamente, habían recorrido varios miles de kilómetros de pruebas para que todo saliese a la perfección, según señaló el director de la línea de alta velocidad sur, Alfonso González.

A las 11:40, el tren paró en Córdoba, donde se unieron al tándem Zapatero-Álvarez el ministro de Exteriores y cabeza de lista por Córdoba, Miguel Ángel Moratinos, y el presidente de la Junta, Manuel Chaves.

Kilómetro a kilómetro, el tren llegaba hasta el punto más conflictivo, los túneles del valle de Abdalajís, cuyo acuífero fue «pinchado» y dejó sin agua a su población. Por megafonía se anunciaba que el AVE se acercaba a esta zona para que los empleados se preparasen para adoptar las normas de seguridad necesarias cuando se cruza un túnel de este tipo. Pero los viajeros de este tren inaugural aprovecharon para buscar fallos. No ocurrió nada. A 160 km/h el tren cruzó el túnel, el cual, según Alfonso González, está «adecuadamente sellado», no completamente.

Y cuando el reloj marcaba las 12:30, el convoy entraba en Málaga. Allí aguardaban las autoridades locales, pero no estaban solas. En la calle, más de un centenar de vecinos de Abdalajís, exigían soluciones. Los manifestantes portaban pancartas como «Carbón para ZP» o «Agua=vida». Criticaban que «aún hoy –por ayer– nos abastecen camiones», lo que contrasta con la versión del director de la línea sur del AVE, que dijo que ya no llegaba ninguno.

Mientras, en el interior comenzaban los discursos. Álvarez destacó que «malagueños y andaluces nos unimos al progreso en busca de un mundo mejor». La alta velocidad «es una unión de tierras», dijo, y dirigió su mayor agradecimiento a Manuel Chaves y a Rodríguez Zapatero. No quiso hacer alusiones sobre Barcelona, y sólo comentó que «mi satisfacción será completa cuando llegue» el AVE a la Ciudad Condal.

Y llegó el turno de Zapatero, quien volvió a hablar de cohesión. No quiso «presumir de Gobierno, pero sí de empresas» y dio las gracias a Álvarez por su «tenacidad». Su intervención concluyó con una frase de María Zambrano, que da nombre a la estación malagueña. «Lo que el hombre ha hecho en la historia lo ha soñado antes». Habrá que esperar a que el Gobierno sueñe con el día en que el AVE llegará a Barcelona.