San José
Zelaya desencanta a sus seguidores
El Gobierno de facto, con el respaldo del Ejército, estudia en el Parlamento la propuesta de Óscar Arias.
BUENOS AIRES-El tiempo corre en contra del depuesto presidente Manuel Zelaya que ve cómo su causa se «enfría» mientras que el Gobierno golpista se reafirma, y sigue avanzando hacia las próximas elecciones. Incluso sus seguidores comienzan a perder la paciencia. Cansados y hambrientos, los partidarios de «Mel» empezaban a regresar ayer a sus casas, tras frustrados intentos de reunirse en la frontera con Nicaragua con el mandatario.A estas alturas de la crisis en Honduras, ya queda poco por hacer en el enorme asfalto que une los costados de ese país y el de Nicaragua, en la fronteriza localidad de Las Manos. En días normales, allí funciona la aduana. Pero ahora el paso está interrumpido por un grueso muro de soldados y policías. Manuel Zelaya, en desafío al régimen que el 28 de junio lo echó del poder con un golpe, ya ingresó tres veces a suelo hondureño. La gente se cansaLa voz del nicaragüense Álvaro Torres lo dice todo: «Hace 10 días que estoy. Y pierdo plata. Nos dan 100 dólares por viaje y 80 de alimentos, que no bastan porque hay que estar parados». Con ánimo de botín a bordo, Johnny Pérez, de Tegucigalpa, cuenta que el viaje de Managua a Puerto Cortés, de donde se exporta a Europa y EE UU, se hace en tres días. «Ya llevo siete aquí».Para darle una vuelta de tuerca Zelaya anunció la instalación de un campamento para forzar su retorno, apoyado por los miles de simpatizantes. Pero en la mañana nada había sido levantado. Incluso la nube de flashes de la prensa parecía haberse esfumado. Y hasta la gente que lo apoya deambula dubitativa en la zona, como retazos de un ejército batiéndose en hacer la retirada. Muchos pernoctan en precarios albergues, mal comidos y vestidos con lo puesto. Confiaban en que el apoyo a Zelaya demandaría unos días. Pero ahora todo se retrasa y «el jefe», como le dicen al líder derrocado, aparece una y otra vez pero no hace su ingreso triunfal a Honduras, como ellos soñaban. «Siempre lo mismo. Nos llaman y luego nos ladran», dijo Ofelio Saldívar, campesino de Ocotlán. «Zelaya no defrauda», respondió Melchor Medina, su compadre de Colón. Aunque nadie atina a imaginar cómo concluye la saga.El Ejército se retractaAunque parecía que el Ejército podría nivelar la balanza a favor de Zelaya, rápidamente la cúpula militar salió a la palestra para aclarar los términos.El comunicado indica que las fuerzas armadas «como institución respaldamos una solución a la problemática que atraviesa nuestro país, mediante un proceso de negociación en el marco del Acuerdo de San José». En el texto, el Ejército añadió, «reiteramos nuestro apoyo irrestricto a los resultados de la (negociación en Costa Rica), conforme a nuestra Constitución y demás leyes».Sin embargo, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, el general Romeo Vásquez, negó ayer que el Ejército esté respaldando la propuesta del mandatario costarricense Óscar Arias, la cual incluye la restitución en el poder del depuesto mandatario.«No. Lo que nosotros queremos decir es que estamos apoyando a nuestro Gobierno en las negociaciones que se están llevando a cabo. Nosotros somos una institución subordinada. Nosotros reiteramos la subordinación a nuestra autoridad civil y apoyamos todas las acciones que nuestro Gobierno está llevando a cabo», indicó el general.«Sí, sí, sí, del señor Micheletti, lo apoyamos en el marco de las negociaciones de Costa Rica. No lo consideramos un golpe de Estado, la Constitución dice que son las Fuerzas Armadas las encargadas de velar por el cumplimiento de la ley. Si hubiera existido un golpe de Estado, nosotros estaríamos en el poder», concluyó el comunicado castrense.
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