El conmovedor adiós del hijo de una víctima de México: “Descansa en paz, mi dulce dulce madre”

“Nunca me di cuenta que poder darle un beso de buenas noches a tu madre es un privilegio". Esta reflexión forma parte del mensaje de despedida lanzado por Joseph Cole Langford, hijo de Dawna Ray Langford y hermano de los niños que murieron asesinados este lunes en una carretera en el norte de México, en el municipio sonorense de Bavispe.

“Dios, déjame jugar con mis hermanos un momento más”, dice en un mensaje en Instagram. "Fue más que un privilegio y un honor ser tu hijo. Te amo para siempre, dulce madre querida", le dice Joseph a su madre en este conmovedor mensaje que ha dado la vuelta en las redes sociales.

El ataque de un grupo armado dejó un saldo de nueve muertos, de los que seis eran niños y tres mujeres. El vehículo en el que viajaban Rhonita, de 30 años de edad, y sus cuatro hijos: Howard, de 12 años; Krystal, de 10, y los gemelos Titus y Tiana, de 8 meses, fue el primero que encontraron los familiares. La camioneta estaba agujereada con disparos y calcinada con sus ocupantes adentro.

Las autoridades mexicanas están investigando los hechos. De momento no descartan que fuera un ataque directo contra la familia del activista mormón Julián LeBarón. También se bajara la hipótesis de que las víctimas fueran confundidas con un grupo rival de los atacantes. El ataque se produjo en una de las zonas con mayor presencia del crimen organizado en los límites de la sierra de Sonora y Chihuahua

Según el periódico mexicano Excelsior, la familia LeBarón pertenecen a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, conocida como iglesia mormona. Tienen raíces estadounidenses y sus integrantes se establecieron hacia 1924 en municipios como Casas Grandes, Galeana, Buenaventura y Janos en Chihuahua y Bavispe en Sonora, en el norte de México.

A continuación, reproducimos el mensaje íntegro:

"Descansa en paz, mi dulce dulce madre, que tu copa se desborde para siempre con bendiciones en nuestras conversaciones, somos privilegiados. Nunca me di cuenta de que poder darle un beso de buenas noches a tu madre es un privilegio, pero siempre he tenido el honor de ser tu chico. Dios, déjame jugar con mis hermanos solo un momento más. Permíteme abrazarla tan fuerte que pueda sentirlo para la eternidad. Nunca volveré a hacer esas cosas otra vez. Fue, más allá de un privilegio, un honor ser tu hijo. Te amo para siempre mi dulce madre querida”.