Argentina

Juan Carlos Pallarols: el artista detrás de los bastones presidenciales argentinos

El conocido orfebre una vez más confeccionó un bastón de mando para el próximo presidente electo, Alberto Fernández, y contó sobre la experiencia que le deja su oficio desde hace más de 35 años.

Juan Carlos Pallarols en su taller/Julieta Mitchell
Juan Carlos Pallarols en su taller/Julieta MitchelllarazonJulieta Mitchell

Juan Carlos Pallarols es, a sus 77 años, el artista detrás de los bastones de mando presidenciales desde 1983, año en que regresó la democracia en Argentina y el presidente, Raúl Alfonsín, prefirió su diseño nacional por sobre otro de estilo europeo adornado con oro.

Muchos podrían afirmar que desde ese entonces su vida cambió, pero lo cierto es que el talentoso orfebre mantiene la simpleza en su esencia hasta el día de hoy. Él mismo asegura: “Estoy todo el año de vacaciones porque hago lo que me gusta. Mi despertador son las ganas de hacer cosas entonces aprovecho cada instante porque todo lo hice de a poco de tal manera que conozco la historia de cada centímetro de mi taller. Aprendí que con tiempo y orden, uno obtiene un país rico; por eso sigo igual que siempre, rara vez me pongo un traje pero porque no me interesa tener una presencia fuerte. Mirá cómo le fue a Macri, haciéndose el trasgresor sin utilizar corbata. Si me hubiese hecho caso en algunas cosas de las que yo le escribí, le hubiera ido mejor”.

Juan Carlos Pallarols, en su despacho
Juan Carlos Pallarols, en su despacholarazonJulieta Mitchell

Fue el actual presidente, Mauricio Macri, el primero en optar por un bastón de mando hecho por otro orfebre y rechazar el que fue confeccionado por Pallarols para su asunción a la presidencia el pasado 2015. Tal como indica la tradición que el propio Pallarols fundó, el bastón había pasado por más de dos millones y medio de personas quienes lo cincelaron y participaron de este rito que se repite cada elección presidencial. Este trabajo comienza con un año de anticipación a la ceremonia para que cualquiera que desee aportar su mano de obra, sea bienvenido.

A pesar de su rechazo, hoy en día el bastón confeccionado por Pallarols está en el poder de Macri. Sin embargo, contó que en ese entonces, ese disgusto le costó una pancreatitis y que nunca se revelaron las razones exactas por las que no lo aceptó en primera instancia: “Ese bastón se lo envié al jefe de Ceremonial de la Casa Rosada cinco días antes de su asunción y al rato me llamaron consultándome si antes se lo había dado a Cristina Kirchner para hacerle una brujería. Me ofendió esa pregunta porque soy una persona seria y le doy un valor increíble a mi trabajo”.

Bastón presidencia creado por Juan Carlos Pallarols
Bastón presidencia creado por Juan Carlos PallarolslarazonJulieta Mitchell

Por su parte, el bastón que recibirá el presidente electo en el acto de traspaso esta martes 10 de diciembre, Alberto Fernández, mide en total noventa centímetros y lleva veinticuatro flores de cardo, una por cada provincia más la Capital Federal y tres pimpollos que simbolizan las islas del atlántico sur. Fue el mismo Fernández quien pidió que en el marco de metal del mango aparezca grabada “Argentina de pie”, frase que tuvo como slogan el Frente de todos durante la campaña presidencial.

El artista calcula que cerca de cuatro millones de personas alrededor de toda la República Argentina participaron en el ritual inclusivo que resulta ser el cincelado del bastón. A diferencia de los años anteriores, esta vez también incluyó a los miembros de la Policía Federal y la comunidad Quom le autorizó extraer la madera de urunday, que a través de una ceremonia religiosa pidieron permiso a El impenetrable -una gran región de bosque nativo que comprende las provincias de Chaco, Salta, Formosa y Santiago del estero- para sacar un árbol y al árbol para sustraer la madera.

Taller de Juan Carlos Pallarols
Taller de Juan Carlos PallarolslarazonJulieta Mitchell

El orden del que tanto énfasis hace Pallarols está presente en su lujosa oficina, contradictoria a su personalidad sencilla y austera. Es un claro ejemplo de que nada es lo que parece, porque con sólo tener una breve charla con él, refleja la calidez y el cariño con los que hace y trata a sus obras. En una carta personal que escribió a sus herramientas de trabajo, que las define como cómplices, cuenta que cuando les habla, cree que desde su acero lo acompañan. “Dicen que el amor es conocimiento, ¡y yo las conozco tan bien! Todas me despiertan sensaciones diferentes, celebran conmigo, conocen mi historia y yo la de ellas. Sobrevivieron a todos nosotros y son eternas. Pobre de nosotros mortales, pasamos...”