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China asume su nuevo papel de mediador en Asia

Pekín, Tokio y Seúl instan a Kim Jong Un y Donald Trump a reanudar el diálogo sobre la desnuclearización de la península. Xi intercede para que Japón y Corea del Sur superen sus históricas diferencias

El presidente surcoreano, Moon Jae In, estrecha la mano del primer ministro nipón, Shinzo Abe, en su primer encuentro en 15 meses
El presidente surcoreano, Moon Jae In, estrecha la mano del primer ministro nipón, Shinzo Abe, en su primer encuentro en 15 mesesYoshitaka SugawaraAP

Sin sorpresas y según lo previsto. Así fue la reunión que mantuvieron este martes los líderes de Corea del Sur, Japón y China ayer en la ciudad china de Chengdu, donde acordaron trabajar juntos para promover el diálogo entre Washington y Pyongyang y ayudarles a salir del atolladero en el que ambos países andan metidos. El encuentro se produjo tan solo una semana antes de que termine el plazo dado por el líder norcoreano, Kim Jong Un, a Estados Unidos para reanudar las conversaciones sobre la desnuclearización de la península.

En abril, el líder norcoreano, Kim Jong Un, puso como fecha límite finales de este año a su contraparte norteamericana, Donald Trump, para reanudar las negociaciones entre ambos después de que su último encuentro en Hanói supusiera un rotundo fracaso al no lograr ningún acuerdo. Pero, hasta el momento, ninguno de los dos países ha realizado concesión alguna para salvar las conversaciones nucleares para la fecha prevista y el «regalo de Navidad» prometido por el líder Juche, que, según los analistas, se trataría de una prueba de misiles, está cada vez más cerca.

Con esa finalidad, «Corea del Sur, China, Japón, los tres países, acordaron continuar una estrecha comunicación y cooperación hacia la desnuclearización y la paz duradera en la Península de Corea», afirmó el presidente surcoreano, Moon Jae In, en la rueda de prensa conjunta que mantuvieron al finalizar. «Compartimos la opinión de que la paz en la península de Corea es del interés común de los tres países, y decidimos trabajar juntos para garantizar que la desnuclearización y la paz continúan a través de un diálogo temprano entre Corea del Norte y EE UU», agregó.

El encuentro también contó con la primera reunión bilateral entre Moon y su homólogo japonés, Shinzo Abe, en 15 meses, lo que supuso un empujón a las estancadas relaciones entre ambas naciones. En los últimos meses, diversas cuestiones comerciales y otros asuntos relacionados con décadas de disputas por la ocupación de la península coreana por Japón entre 1910 y 1945 hicieron que su relación tocara fondo.

«Japón y Corea del Sur son histórica y culturalmente los vecinos más cercanos y socios muy grandes e importantes en los intercambios entre personas», afirmó Moon tras su encuentro de 45 minutos. Pero mientras el tono del surcoreano apeló a salvar las diferencias a través del diálogo, Abe se mostró más duro e insistió en que era responsabilidad de Seúl proponer medidas para resolver las disputas bilaterales.

Hasta la fecha, los esfuerzos de EE UU –aliado de ambos países– para instarles a enterrar el hacha de guerra y evitar que esa mala relación perjudique sus intereses en Asia, no han surtido efecto. Ha tenido que ser Pekín el artífice de tamaño encuentro y del primer paso para una posible reconciliación. «Como la principal potencia de la región, China espera mostrar su presencia diplomática al mundo llevando a los líderes japoneses y surcoreanos a la misma mesa», destacó a Afp Haruko Satoh, profesor y experto en política china en la Universidad de Osaka.

Precisamente, en sendas reuniones que mantuvieron los mandatarios de Japón y Corea del Sur el lunes con el presidente chino, Xi Jinping, coincidieron en resaltar el cada vez mayor peso diplomático de China en la región. Pekín es el principal aliado y socio comercial de Corea del Norte y desde que Pyongyang se sentó a la mesa con Washington, el gigante asiático le ha asistido económica y diplomáticamente. No en vano, China también se ha mantenido firme en las sanciones y ha condenado las pruebas de misiles y nucleares norcoreanas cuando se han producido al poner en peligro la estabilidad de la región, algo que EE UU ha visto de buen grado.

La última propuesta de Pekín, que se presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU la semana pasada de manera conjunta con Rusia, pide el levantamiento de algunas sanciones a Pyongyang con el fin de romper el actual punto muerto. Pero la iniciativa, que supone otorgar ciertas concesiones a un país que durante años ha mantenido en jaque a sus vecinos, no ha logrado convencer a Seúl y Tokio de romper filas con Washington.

Por ello, China instó a Estados Unidos a tomar «medidas inmediatas» para implementar los acuerdos alcanzados con Corea del Norte durante la cumbre del año pasado en Singapur. «China llama a EE UU a tomar medidas concretas lo antes posible para cumplir lo acordado en Singapur y elaborar una hoja de ruta viable para establecer un régimen de paz permanente y lograr una desnuclearización completa en la Península», afirmó el ministro de Exteriores de China, Wang Yi, al «Diario del Pueblo».