Un automóvil embistió este lunes a una multitud que participaba de un desfile de carnaval en la ciudad alemana de Volkmarsen, en el estado de Hessen. Según la Policía de Kassel, el atropello fue intencionado y dejó al menos a 30 personas heridas, siete de ellas de gravedad. Entre ellos hay varios niños, según informó la radio “Hessischer Rundfunk”.

El suceso ha conmocionado a toda Alemania, menos de una semana después de que un racista declarado matase a tiros a diez personas en un atentado xenófobo en Hanau. No obstante, la policía local no confirmó que el atropello se tratase de un atentado.

El director de la Policía de Hesse, Henning Hinn, explicó en declaraciones a medios locales que el conductor, un joven de 29 añosde la región y que fue detenido en el lugar de los hechos, condujo a propósito su coche contra la multitud que participaba en el desfile, en el que resultaron heridas numerosas personas.

Medios locales apuntan que tiene nacionalidad alemana. “No partimos de la base de que se trate de un atentado”, aseguró Hinn. No obstante, el departamento de Interior del “Land” de Hesse, al que pertenece Volkmarsen, matizó que no se descarta un ataque de motivación política. “Debido a la situación sobre el terreno no se puede descartar un atentado”, indicó un portavoz del departamento.

La Fiscalía General de Fráncfort asumió la investigación por un presunto delito de intento de asesinato. El fiscal Alexander Badle explicó al diario “Bild” que el conductor “no estaba borracho”, pero que, a consecuencia de las heridas que sufrió, “no pudo ser interrogado”. Por su parte, el presidente de la Policía de Fráncfort, Gerhard Bereswill, indicó que además de los treinta heridos, hay un número indeterminado de niños pequeños.

El suceso se produjo sobre las dos y media, cuando se celebraban en esta localidad de menos de 7.000 habitantes los tradicionales y concurridos actos del lunes de carnaval. Según testigos citados por el periódico “Frankfurter Rundschau” y la televisión pública local “Hessische Rundfunk”, el vehículo -un Mercedes-Benz familiar de color gris metalizado- arremetió por motivos que se desconocen contra un lugar donde se acumulaban un gran número de espectadores de la marcha y se adentró unos treinta metros en el grupo.

El vehículo se había saltado previamente la prohibición de circular por esa zona, cerrada al tráfico por las celebraciones. Algunos testigos apuntaron que el conductor pareció acelerar, un extremo que no confirmó la policía. Tras el atropello, las primeras imágenes del lugar mostraban el Mercedes-Benz con abolladuras en el frontal y el parabrisas agrietado en medio de una calle llena de policías y bomberos, con disfraces y complementos abandonados por el suelo.

Los equipos de emergencia destacados para la protección de los actos de carnaval asumieron de inmediato la coordinación de la atención a las víctimas. Al lugar se desplazaron además una docena de ambulancias, así como numerosos agentes de la Policía y equipos de bomberos. Se solicitó asimismo la colaboración de un helicóptero para poder trasladar a los heridos más graves. Hesse decidó suspender los desfiles de carnaval previstos para la noche en ese estado federado.

El incidente llega menos de una semana después de un terrible atentado de extrema derecha en el que un hombre, Tobias Rathjen, mató a diez personas, en uno de los peores ataques racistas registrados en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial.

El Estado Islámico difundió la semana pasada a través de las redes sociales un manual en varios idiomas en el que se detalla en dos páginas cómo atentar con un vehículo -como el que ha sido utilizado en este suceso-. Precisamente, se recomendaba conseguir la máxima velocidad para alcanzar al mayor número de personas hasta causarles la muerte (con otras palabras). El grupo yihadista considera este tipo de atentados como “objetivos blandos” ya que se realizan contra aglomeraciones de personas.