Coronavirus

Los Veintisiete se dividen sobre cómo afrontar la epidemia del coronavirus y retrasan las medidas

España se alinea con Alemania en las reticencias a un plan fiscal ambicioso para no fomentar “políticas irresponsables” y considera que el impacto del virus “será pasajero”

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Mientras el coronavirus se expande a velocidad de vértigo por el territorio comunitario, las capitales siguen divididas sobre la manera de lidiar con la epidemia en el flanco económico, antes de la reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro que se celebrará el próximo lunes en la capital comunitaria. Mientras Francia e Italia están presionando para aprobar un paquete fiscal coordinado y ambicioso, las dudas de Alemania a la hora de utilizar el gasto público abocan a una respuesta tibia por parte de la zona euro en un momento crítico.

Según reconocen fuentes del ministerio de Economía, España es partidaria de responder a esta pandemia con estímulos fiscales pero no a fomentar “política irresponsables”. A pesar de que nuestro país tradicionalmente siempre ha defendido políticas de gasto expansivas, en esta ocasión considera que el impacto de esta enfermedad “será pasajero aunque se notará en las cifras de crecimiento de este año” y que por lo tanto es necesario extremar la prudencia. Las mismas fuentes reconocen que en estos momento, existe consenso en las cancillerías europeas a la hora de actuar en el corto plazo, pero que esta unidad no está tan clara cuando hablamos de largo plazo. “Queremos medidas específicas para sectores afectados y temporales, tenemos que ver si hay un caso para una política de carácter más macroeconómico”, sostienen en el ministerio. Una posición que contradice las peticiones del Banco Central Europeo ya que según adelantó la agencia Bloomberg, la presidenta de la autoridad monetaria, Christine Lagarde, ya pidió el pasado martes a los líderes europeos que actuaran con medidas de calado. En una videoconferencia, Lagarde advirtió que la epidemia del coronavirus puede causar una crisis comparable a la del año 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers.

De momento, los instrumentos europeos disponibles son escasos. La Comisión Europea anunció el pasado martes una fondo de 25.000 millones de euros de los que 7.500 podrán desembolsarse de manera urgente en las próximas semanas para auxiliar principalmente al empleo, pymes y sector sanitario. Al día siguiente, el Ejecutivo comunitario explicó que estos 7.500 millones no son en realidad una partida nueva sino que tan sólo se trata de reorientar los fondos asignados a las regiones europeas y que en algunas ocasiones no llegan a utilizarse. En este caso, en vez de devolverse a la caja común del presupuesto europeo tal y como obliga la legislación comunitaria, las regiones podrán utilizarlos a otros fines diferentes a los inicialmente previstos con el objetivo de proveer de liquidez a la economía europea y tapar los primeros agujeros. Emulando el cuento de la lechera, el Ejecutivo comunitario calcula que, con la cofinanciación nacional, podrán movilizarse hasta 25.000 millones de euros para todos los estados miembros. Según este esquema de ayuda, reciben más dinero las regiones más pobres de Europa y que son las que más se benefician de la Política de Cohesión europea, no necesariamente las más afectadas por la epidemia.

Por el momento, España desconoce cuánto dinero le corresponderá de esta partida y considera que el Ejecutivo comunitario tiene más margen de actuación y no ha dicho todavía la última palabra. En este sentido, nuestro país también confía en el papel que puede desempeñar el Banco Europeo de Inversiones (BEI) a la hora de auxiliar a las pequeñas y medianas empresas. “Creemos que el BEI es un vehículo que puede dar buenos resultados tanto en inversiones más permanentes como de urgencia”, asegura el Ministerio.