Especiales

Michelle Obama

Michelle Obama, ¿la vicepresidenta de Joe Biden?

Los demócratas consideran que sería una buena opción para atraer a votantes negros y latinos y reforzar la fría imagen de Joe Biden

Es un deseo a gritos. El de Biden, ex vicepresidente de Obama, y el del resto de los demócratas. Sin excepción. Que la ex primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, se convierta en la vicepresidenta de Biden en las próximas elecciones de noviembre podría ser la mayor garantía de éxito para arrebatarle la presidencia a Donald Trump.

La esposa de Obama no es sólo la mujer más popular del país, sino también una de las personas más conocidas del mundo. Elegida también como una de las mujeres más admiradas de América, los demócratas saben que contar con ella en primera línea política sería asegurarse la victoria en cualquier competición. Más aún, en unas presidenciales.

Y es que no hay una sola mujer con la que el calificado en tiempos de coronavirus como “candidato vitual” demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, pueda contar con una vicepresidencia que le ofrezca más opciones de ganar su carrera electoral que la propia Michelle Obama.

Pero algunos deseos no siempre pueden hacerse realidad. La cuestión aquí no es si Biden la escogería a ella, sino si ella aceptaría. Y todo apunta a que su respuesta es un rotundo “no”.

“No creo que ella tenga ningún deseo de vivir cerca de la Casa Blanca”, afirmaba decepcionado Biden. También otras personas cercanas a los Obama, amigos y ex asesores durante su mandato, lo tienen claro. “Michelle Obama no se presentará a ningún cargo político". Al menos, por ahora.

La propia ex primera dama lo expresó alto y claro en su autobiografía. “Lo diré aquí directamente: no tengo intención de presentarme a ningún cargo”. Pero otras opciones la sitúan incluso en lo más alto del poder, como candidata demócrata a la presidencia en las elecciones de 2024. La reciente gira de su libro Becoming podría haber sido una especie de prueba, un dulce comienzo que siente precedentes a la hora de tomar decisiones en esa dirección.

Sample HTML block

Porque ya se sabe que en política todo es posible. Su propio marido, Barack Obama, dijo en su día que no se presentaría a su reelección de 2008, después de sus primeros cuatro años de mandato, pero al final rectificó y amplió su presidencia, con un ajustado resultado, otros cuatro años más.

Las circunstancias ahora han cambiado en poco tiempo y, muy especialmente, el contexto. La sociedad estadounidense parece estar más dividida que nunca, los partidos políticos también. Esta campaña electoral ha contado con mayor número de candidatos demócratas, hasta 23, en toda la historia del partido. Un único denominador común parece haber unido a todos: impedir que Trump permanezca en la Casa Blanca.

“Lo que me entristece es lo que está haciendo el país en su conjunto. De lo que tenemos que ser muy conscientes es de qué tipo de país estamos dejando a nuestros hijos y nietos”, afirmaba Michelle Obama sobre Trump, de quien asegura que nunca le perdonará que pusiera en duda el origen estadounidense de su marido.

Un claro reflejo de esas ganas de cambio y de un casi inocente afán de protagonismo ha sido su gira por un total de 34 estados del país. Michelle Obama finalizaba ese recorrido por Estados Unidos presentando su autobiografía, “Mi historia”, cual estrella de rock, llenando estadios con un público entusiasmado que se había rascado el bolsillo para verla de cerca, agotando las miles de entradas a la venta en pocos días. El documental basado en su autobiografía, Becoming, y que se acaba de estrenar en Netflix, recoge la experiencia de la ex primera dama con la presentación de su primer libro.

Un libro publicado en más de 30 idiomas y que han vendido la cifra récord de 10 millones de copias en menos de dos años. Fue, con una diferencia abrumadora, el más vendido en EEUU a pocos meses de su lanzamiento, con 3 millones y medio de ejemplares en 2018.

Michelle Obama no sólo tiene un marido ex presidente de EEUU, admirado y querido. Ella también tiene madera de líder. Despierta, sin esfuerzos, el fervor de las masas. Se acerca, pregunta, escucha. Se interesa por las historias personales. Sabe ganarse al público.

Descendiente de esclavos, Michelle Obama representa el sueño americano de cientos de miles de personas que, a través de los valores familiares y un difícil acceso a la educación, se han hecho a sí mismas. Su historia, compartida al detalle en el documental que acaba de presentar, es reflejo de las desigualdades raciales, culturales y sociales que todavía hoy persisten entre los estadounidenses. Un colectivo, el afro-americano, que se ha ido haciendo hueco en la sociedad a base de luchar sin límites por tener los mismos derechos que los blancos y de superar décadas de injusticias indiscriminadas.

Otras candidatas

Un balance ideal y necesario para complementar al que podría convertirse en presidente de EEUU, Joe Biden. Y para alcanzarlo, en caso de que la ex primera dama se resista a volver a la Casa Blanca por ahora, el nombre de otras candidatas resuenan con fuerza. Es el caso de Tammy Duckworth, Elizabeth Warren, Kamala Harris, Amy Klobuchar, Stacey Abrams y Val Demings.

Algunas de ellas han sido sus rivales en la reciente campaña electoral: Harris, Warren y Klobuchar. Las dos primeras representan el voto negro, latino y más joven, los que por cierto tienen tradicionalmente menos motivación para acudir a las urnas. La tercera podría ayudarle a ganar en un estado clave, Minesota, que le dió la presidencia a Trump, con una ajustada ventaja, al ganar uno de esos estados bisagra clave en las elecciones estadounidenses. Y, por último, las reconocidas políticas de Georgia y Florida, de perfil similar y origen afro-americano, Abrams y Demings.

Todas las cualidades que les sobra a estas posibles candidatas demócratas son las mismas que le faltan a Biden, cuyo perfil es el de fiel representante del establishment del país, perfil de hombre, blanco y octogenario. El candidato demócrata necesita abarcar esas carencias (juventud, diversidad racial y mentalidad liberal, entre otras) para recoger los votos suficientes que le garanticen la victoria contra Trump.

La candidatura de estas mujeres a la vicepresidencia de EEUU no sólo se barajan como opciones reales de acompañar a Biden en la Casa Blanca, sino que al parecer ya estarían siendo entrevistadas por la cúpula demócrata para el cargo.