Yihadismo

El yihadismo se ha beneficiado del coronavirus

Los terroristas, que se mueven en la clandestinidad, han utilizado el confinamiento para mejorar sus infraestructuras

La Guardia Civil detiene en Barcelona a un supuesto yihadista que buscó objetivos bajo el estado de alarma
Agentes de la Guardia Civil totalmente protegidos salen de un domicilio de la calle de Josep Anselm Clavé en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona donde detuvieron a un presunto yihadistaDavid ZorrakinoEuropa Press

El yihadismo, en especial el Estado Islámico (ISIS, Daesh) se ha beneficiado del confinamiento que ha provocado el coronavirus. Se trata de una opinión compartida por expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN, que basan sus afirmaciones en los datos obtenidos en las operaciones que se han realizado en España en este periodo, tanto por parte de la Policía Nacional como de la Guardia Civil, en las que han sido arrestados 14 individuos.

Este periódico, desde el pasado mes de marzo, ha publicado varios artículos en los que se informaba con detalle del cambio de estrategia de la banda criminal. Recientemente, patrocinado por CIFALMálaga y moderado por el periodista Manuel Campo Vidal, tuvo lugar un debate telemático en el que expertos y estudiosos en la materia expusieron sus opiniones sobre el momento actual del yihadismo, algunas coincidentes por las ya expresadas en esta web.

Tras unos momentos de dudas al aparecer la pandemia, por el daño que podía infligir en las filas propias, los cabecillas de Daesh se dieron cuenta de que era un argumento esencial para mejorar sus posiciones estratégicas y tácticas, tal y como informó LA RAZÓN en su día.

Por un lado, como estrategia general, presentaron el coronavirus como un castigo de Alá contra los infieles. Demostraron con ello, según las citadas fuentes, una gran, y preocupante versatilidad para adaptarse a las situaciones que se plantean en cada momento.

A esta estrategia, supeditaron los objetivos tácticos; utilizaron sus redes sociales para difundir mensajes de victimización de los musulmanes, como si fueran minorías perseguidas en Occidente contra el que había que reaccionar de forma violenta en cuanto se presentara la ocasión.

A la vez, lanzaban todos los programas de adoctrinamiento para que los llamados a ser actores (lobos) solitarios los interiorizaran y fomentar su odio hacia los infieles.

El mensaje era claro: la falta de movilidad, la pérdida de trabajo, la mala situación económica se cebaba en especial con los musulmanes y la culpa era de los “cruzados” (cristianos).

En definitiva, han conseguido una mayor penetración ideológica en su masa social, que estaba confinada y la han acercado a sus fines terroristas. Todo un éxito desde el punto de vista de persuasión ideológica.

Los que se habían demostrado como unos especialistas en manipular a este tipo de individuos, lograron sus objetivos. En las operaciones realizadas en España, los agentes antiterroristas han podido evidenciar que algunos de los detenidos ya habían superado lo que podríamos denominar la prueba de “fuego”, pasar de las ideas a los hechos, y estaban dispuestos a cometer atentados, algunos de ellos ordenados desde Siria, como el ataque a una comisaría de Policía de Barcelona o el atentado con un dron cargado de explosivos contra el Camp Nou.

La realidad es tozuda y lo que siempre ha sido un riesgo latente, se ha convertido en un peligro real a corto y medio plazo. Las pruebas están en manos de las Fuerzas de Seguridad y de la Justicia.

Una prueba de ello: el yihadista detenido en Barcelona por la Guardia Civil se había descargado el número 226 del semanario “Naba”, de 19 de marzo, en el que Daesh, transmitía a sus combatientes que la actual pandemia de coronavirus, y las debilidades que provocan en Occidente, conforman una situación inmejorable para cometer atentados en estos países.

Por ello, reclamaba de los musulmanes que no tuvieran piedad de los “cruzados” (España está incluida dentro de este conjunto) y les atacaran sin contemplaciones, ya que, como en otras ocasiones, pueden obtener la victoria. Los musulmanes no deberían compadecerse de los incrédulos y apóstatas (…) Los “cruzados” esperan que los “muyahidines” (combatientes) estén tranquilos y se compadezcan de sus sufrimientos actuales, pero fingen olvidar sus propios crímenes contra los musulmanes y los que continúan cometiendo este día”.

Por si no había quedada clara la cosa, el marroquí arrestado pudo leer lo siguiente: “Le pedimos a Dios que aumenta su tortura y salve a los creyentes de todo esto, que castigue severamente a aquellos que desobedecen al misericordioso. La pandemia actual es un ejemplo del tormento de Dios contra las naciones de su creación, que ha golpeado principalmente a las naciones idólatras. Que Dios aumente el tormento sobre los incrédulos y mantenga a los creyentes a salvo”. La respuesta: los atentados en cuya preparación trabajaba.

A estas circunstancias, que no son pocas, hay que unir la disminución del esfuerzo militar y económico, por causa del coronavirus, que las naciones occidentales se han visto obligadas a realizar en los países en los que el yihadismo está creciendo.

¿Cuál es el mayor peligro para España a corto plazo? Además de los ya citados “lobos”, la posible creación de células autónomas (la que atacó en Cataluña lo era). En este sentido, las fuentes consultadas subrayan que volvemos a lo que pasaba hace ya algunos años: estos grupos se generan en torno a un líder (por ejemplo un FTF, combatiente extranjero, retornado de Siria) con muy pocos, o ninguno, contactos con los cabecillas en el exterior. Su detección es muy complicada y el daño que pueden hacer es muy grande. Aún se investiga qué venía a hacer en España el FTF detenido por la Policía en Almería, el rapero Ahmed Bary que vivió en su día en Inglaterra.

Otro de los mitos sobre el que los expertos advierten es el de los “informes” que señalan una menor radicalización yihadista en Occidente. Todo lo contrario: sólo la Policía, realizó en 2017 27 operaciones, con 58 encarcelados; en 2018, 22 operaciones, con 39 encarcelados; en 2019, 27 operaciones, con 53 encarcelados. En lo que va de año, los operativos han sido seis con 12 en prisión, según se puso de manifiesto en el citado debate telemático de CIFAL.

Estas actuaciones policiales han abarcado todos los campos, desde el auto adoctrinamiento, la formación de células, el control de los retornados y la financiación de los que están en Siria y quieren volver a Europa para cometer atentados.

Ante lo que se presenta como un panorama sombrío, los expertos recuerdan que no se baja la guardia en ningún momento y que se mantienen como prioridad la lucha contra el yihadismo.