El Gobierno de Donald Trump

Trump carga contra Kamala Harris, la nueva estrella demócrata

Biden eleva las expectativas del partido y da el pistoletazo de salida a la campaña electoral con el primer acto con sus candidata a vicepresidenta. Harris alerta de que EE UU sufre "una crisis de liderazgo"

Cuando el candidato demócrata a la presidencia, Joe Biden, lanzó la candidatura de la ex fiscal general de California, y senadora, Kamala Harris, para competir por la vicepresidencia de EE UU, inauguró de forma oficiosa las elecciones a la Casa Blanca. Los anteriores meses, aunque tumultuosos, fueron apenas un ensayo. Ahora empieza el combate. Y Biden, que recibió sonoros revolcones de Harris durante las primarias, que debatió con ella y sufrió algunas de las peores humillaciones, parece dispuesto a olvidar. Todo sea por «ponerse a trabajar para ganar», tal y como ha escrito Barack Obama.

En opinión del ex vicepresidente, y de millones de compatriotas, EE UU atraviesa tiempos oscuros. El país sufre «la peor pandemia en 100 años», «la peor crisis económica desde la Gran Depresión» y «los llamamientos más poderosos en favor de justicia racial en una generación». Por si fuera poco, el actual presidente «no ha logrado liderar la respuesta contra el virus, que ha costado vidas y diezmado nuestra economía, y ha avivado las llamas del odio y la división».

Donald Trump, que calificó a Harris de fraude, tampoco perdió el tiempo. Apenas salió la noticia convocó una rueda de prensa. Regó a su futura rival con todo tipo de improperios. Considera que la mujer resta más que suma a la campaña demócrata. Demasiado hueso, sostiene, demasiadas contradicciones, demasiada beligerancia. El presidente explicó que Harris es «una persona que ha dicho muchas, muchas cosas que no son verdad. Está muy a favor de subir los impuestos, quiere cortar los fondos del Ejército a una escala que nadie podría creer, está contra el fracking, está contra los derivados del petróleo, y me pregunto, como puedes sostener eso y luego ir a Pensilvania, a Ohio, a Oklahoma o al gran estado de Texas si estás contra el fracking, el fracking es muy importante, está a favor de socializar la medicina, con lo que perderás a tus médicos, perderás tus planes de salud, quiere quitarle los seguros médicos a 180 millones de americanos, 180 millones de americanos que están muy contentos con sus planes de salud, y ella se los quiere arrebatar, así que era mi candidata favorita, y ya veremos que tal le va. Tuvo un desempeño muy pobre durante las primarias, se suponía que lo iba hacer bien y apenas cosechó un 2% de los apoyos, gastó mucho dinero y bueno, estoy un poco sorprendido de que la haya elegido, la está siguiendo desde hace un tiempo y estoy sorprendido. Fue extraordinariamente desagradable con el juez Brett Kavenaugh, fue horrible cómo lo trató, y no pienso olvidar eso...».

Votantes de Donald Trump reciben al presidente a su llegada a Texas
Votantes de Donald Trump reciben al presidente a su llegada a TexasCARLOS BARRIAReuters

No comentó, eso sí, que habría donado dinero hasta en dos ocasiones para las campañas de Harris como fiscal en California. Ni que hace no tanto llegó a calificarla, sin ironía, de buena elección. Pero en aquel momento Harris parecía una elección lejana y, sobre todo, servía para avivar el miedo de parte del electorado a que Biden optase por la veta más ideologizada de su propio partido. Por ejemplo por alguien como Elizabeth Warren. Con sus declaraciones contundentes, su currículum de perro de presa en la fiscalía, su apariciones estelares en los debates y sus tendencia a pelear allí donde otros huyen Kamala Harris tiene algo de candidata diseñada en el laboratorio. Alguien que complementa y suma allá donde Joe Biden, mucho más cómodo en el perfil bajo, ni llega y posiblemente podrá llegar nunca. Es casi injusto contraponer el brillo cegador, y la personalidad mercurial de Harris, con la impronta senatorial, pero también convencional y hasta aburrida, de un Biden que, para colmo, si gana será el presidente más longevo de la historia.

Un punto en contra, por supuesto, que él mismo ha reconocido, que Trump explota con bromas continuas acerca de su edad y de la proximidad de una teórica enfermedad neurodegenerativa, y que Biden intenta yugular de la forma más brusca posible: sí, es posible que en algún momento de su presidencia se vea obligado a ceder el testigo. Pero en ese caso habría encontrado a la compañera ideal.

Las ambiciones de Kamala Harris, que muchos juzgaban incompatibles con el perfil bajo que debe mantener un vicepresidente, serían ahora una de sus mejores bazas. Pero ni Harris ni nadie puede hacer mucho para influir en los dos factores que pueden decidir las elecciones. Primero de todo la evolución de la covid-19, con más de 5 millones de casos y el miedo a que la reapertura de los colegios, en apenas tres semanas, dispare los contagios. Y como consecuencia y corolario, la economía, de cuya evolución dependen ahora mismo todas las opciones, decrecientes, de un Trump tan acorralado como capaz de sorprender y revalidar su corona.

Harris, convertida en la estrella del momento tras el anuncio de su nominación, apareció por primera vez con Biden en un evento en Wilmington (Delaware), lugar de residencia del líder demócrata y, a causa de la pandemia, el principal centro de la campaña electoral demócrata.

“Esta es una lucha por el alma de Estados Unidos y es un orgullo que Kamala esté a mi lado en esa batalla”, aseguró Biden en este evento, que, a la espera de las convenciones demócrata y republicanas a finales de este mes, marca el inicio oficioso de una campaña que se espera agresiva, con la pandemia de coronavirus y la crisis económica en el centro del debate.

Harris advirtió de que el país sufre “una crisis de liderazgo” y afirmó que está “lista para empezar a trabajar” en una nueva Administración a partir de enero de 2021, cuando el ganador de las elecciones generales del 3 de noviembre asumirá su nuevo mandato.

“Estoy orgullosa de estar a tu lado y lo hago consciente de las mujeres heroicas y ambiciosas que me precedieron”, señaló la senadora, que era una de las políticas que estaba en la puja por ser la número dos en la papeleta demócrata.

No tengo duda alguna de que he elegido a la persona adecuada como la próxima vicepresidenta de Estados Unidos, señaló Biden, quien confió que con su nominación “niñas negras y de color, que a menudo han sido ignoradas o minusvaloradas, quizá hoy, se vean de una manera distinta: como material para vicepresidenta y presidenta”.

“Una de las razones por las que elegí a Kamala es porque ambos creemos que América se puede definir en una sola palabra: posibilidades”, añadió Biden, favorito en las encuestas.