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Asilo en la Colonia

Gibraltar, ¿el Peñón de los refugiados?

Reino Unido baraja enviar a Gibraltar a los solicitantes de asilo al estilo australiano. El ministro principal de la Roca, Fabián Picardo, escribe al Gobierno de Johnson para aclarar que no comparte esa idea

Fabian Picardo durante su comparecencia ante la Cámara de los Lores el pasado mes de enero ParlamentLive.tv

El Gobierno de Boris Johnson baraja enviar a Gibraltar y otros territorios a los demandantes de asilo que hayan llegado a Reino Unido mientras se examinan sus solicitudes. El objetivo sería disuadir, ante todo, las mafias que operan en el Canal de la Mancha, para evitar que los traficantes de personas exploten a migrantes desesperados y pongan sus vidas en riesgo. Pero la nueva medida de la era pos Brexit ha generado tensiones con el Peñón.

No será hasta la próxima semana cuando la ministra de Interior, Priti Patel, presente los detalles de la que será la mayor reforma del sistema de asilo e inmigración en una generación. De momento, no hay postura oficial. Sin embargo, según adelantó hoy el diario británico «The Times», entre los destinos que barajan los funcionarios para mandar a los inmigrantes que buscan asilo, están Gibraltar, territorio británico de ultramar, y la Isla de Man, una dependencia de la Corona británica. Asimismo, también se tendrán en cuenta terceros países, aunque, de momento, no se han citado nombres.

El año pasado, Downing Street ya ordenó a los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores que investigaran la construcción de centros de detención para procesar a los solicitantes de asilo en países como Moldavia, Marruecos o Papúa Nueva Guinea. Esas ubicaciones han sido rechazadas por ser poco realistas. Otras opciones consideradas incluyeron la conversión de portaaviones en desuso en centros de procesamiento, algo considerado como «inhumano», según diversas ONGs.

GibraltarTania Nieto

Ante el revuelo creado por la posibilidad de mandar ahora a estos inmigrantes a Gibraltar, el Gobierno del Peñón señaló este jueves que no había recibido propuesta alguna por parte de Londres. El ministro principal de la Roca, Fabián Picardo, se apresuró a escribir a Patel, para recordarle que «las cuestiones relacionadas con la inmigración hacia y desde Gibraltar son responsabilidad» de los ministros del Peñón en virtud de la Constitución de 2006, por lo que, advirtió que «las informaciones publicadas en los medios no son sino especulaciones infundadas».

«Gibraltar está siempre listo para ayudar a Reino Unido como parte de la familia británica de naciones. Desempeñamos un importante papel en materia de defensa y estamos dispuestos a valorar cualquier otra forma en la que podamos trabajar con Reino Unido», matiza Picardo.

«Nunca eludiremos nuestra responsabilidad de ayudar en lo que podamos. No obstante, nuestra ubicación geográfica dificulta algunos aspectos, y tramitar en Gibraltar los casos de solicitantes de asilo en Reino Unido sería uno de ellos». Picardo le recordó asimismo a Patel la situación legal y las complejidades que surgen de la posición geográfica de Gibraltar a pocos kilómetros del norte de África, así como los acuerdos de Gibraltar para permanecer en el espacio Schengen, uno de los motivos por los que no podría albergar ninguna de estas instalaciones. De acuerdo con Picardo, Patel «es una gran defensora de Gibraltar, por lo que le he propuesto que nos reunamos en Londres cuando se levanten las restricciones de viaje» por el coronavirus.

En declaraciones posteriores a la BBC, Picardo recalcó que esta cuestión no se le había trasladado «a ningún nivel», en cuyo caso, se hubiera manifestado «claramente que no se trata de un ámbito en el que creamos que podemos ayudar a Reino Unido».

Cuestionado por la información, el portavoz oficial del primer ministro británico, Boris Johnson, no quiso desmentir que se evalúe la posibilidad de enviar solicitantes de asilo a Gibraltar. «Hemos dicho ya en otras ocasiones que tenemos el deber de arreglar nuestro sistema de asilo, que no funciona, para lograr que sea firme aunque justo. Como parte de eso, hemos estudiado una gran cantidad de países con el objetivo de trazar un plan para Reino Unido en base a suficiente información», explicó ese portavoz a los medios.

Contactada por la agencia Efe, una portavoz del Ministerio del Interior se remitió a las palabras de Downing Street y tampoco negó la información.

Por su parte, el ministro principal de la Isla de Man, Howard Quayle, aseguró con ironía que pensaba que Patel podría haberles estado gastando una broma del Día de los Inocentes: «Puedo confirmar que en ningún momento se ha contactado o informado al Gobierno de la Isla de Man sobre planes para usar la Isla de Man con tal propósito».

Downing Street cree que enviar a inmigrantes a terceros países para su procesamiento sería compatible con la Convención Europea de Derechos Humanos, a la que sigue perteneciendo independientemente del Brexit. No obstante, los expertos advierten que, pese a que no existe ninguna ley que prohíba explícitamente que las personas sean trasladadas a un país tercero, sin duda alguna sería una medida polémica, que seguramente requeriría de «revisión judicial al respecto».

Más de 800 personas han cruzado el Canal de la Mancha este año, tres veces más que durante el mismo período durante 2020. Un récord de 8.420 migrantes cruzaron en pequeñas embarcaciones el año pasado. En el Ejecutivo sostienen que muchos emprenden el peligroso viaje después de rechazar la oportunidad de solicitar asilo en los países de la UE. Y el problema para Downing Street ahora es que, tras salir ya a efectos prácticos el 1 de enero de la UE, ya no puede transferir refugiados y migrantes al país del bloque al que llegaron, parte del sistema de asilo europeo conocido como el convenio de Dublín.

En este sentido, se quiere inspirar ahora en el modelo de Australia donde, desde julio de 2013, con las nuevas medidas antiinmigración, se envía a los refugiados a centros de detención fuera de su territorio en la isla de Nauru o en Papúa Nueva Guinea y pierden así toda esperanza de poder asentarse en Australia.

Lo cierto es que el Gobierno británico ya se ha inspirado en el modelo australiano para la nueva ley de inmigración que opera en Reino Unido desde el pasado 1 de enero. Se trata de un estricto sistema de puntos por el que se tiene que demostrar, entre otros, un buen dominio del inglés y una oferta de trabajo para poder trasladarse al país.

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