Rivalidad geopolítica

Cinco cosas que pasarían si la relación entre Rusia y EEUU empeora

La tensión creciente entre ambos países puede tener implicaciones en la gestión de la pandemia, la carrera armamentística y los conflictos en Oriente Medio y en Europa del Este

Foto de archivo, cuando Joe Biden era vicepresidente, en un encuentro con el líder ruso Vladimir Putin en 2011
Foto de archivo, cuando Joe Biden era vicepresidente, en un encuentro con el líder ruso Vladimir Putin en 2011Alexander ZemlianichenkoAgencia AP

Las relaciones entre los dos viejos rivales, Estados Unidos y Rusia, atraviesa por su peor momento en décadas según la opinión de gran parte de expertos. Como detalle no menor, hay que recordar que Vladimir Putin fue casi el último jefe de Estado en felicitar al candidato demócrata tras vencer a Donald Trump. Pese a ello, la llegada de Joe Biden tuvo un primer momento de alivio cuando los dos países se avinieron a firmar la prolongación del acuerdo Nuevo START de desarme nuclear.

Tras esta pequeña tregua, el presidente estadounidense ha marcado distancias con el discurso de su antecesor, Donald Trump, sobre Vladimir Putin. Todo ello afianza la nueva versión de la Guerra Fría que viven los dos países, iniciada, según muchos, en 2012, cuando Putin vio que Hillary Clinton estaba detrás de las manifestaciones de opositores rusos contra su victoria electoral.

Como escribe la experta Angela Stent,profesora de Gobierno y Servicio Exterior en la Universidad de Georgetown, Rusia busca crear un mundo post-occidental en el que Estados Unidos sea uno entre varios grandes jugadores poderosos y que ya no pueda dominar la escena internacional. Busia busca el reconocimiento estadounidense de su derecho a una esfera de influencia. Hasta ahora, ninguna administración estadounidense desde el colapso soviético ha estado dispuesta a aceptar esta premisa”.

El último episodio de esta rivalidad ha sido la entrevista en la que Biden llama “asesino” a su homólogo ruso. El Kremlin ha pedido que la Casa Blanca se disculpe y acusa a Washington de no querer mejorar las relaciones, además llamó a consultas a Moscú a su embajador en Washington, Anatoli Antónov. Parece solo un primer paso de una respuesta más meditada. Como ha dicho el vicepresidente del Senado ruso, Konstantín Kosachov, Moscú no se limitará a la llamada a consultas de su embajador si no recibe de Estados Unidos.

La escalada diplomática entre ambas potencias puede derivar en una ruptura de alto nivel que podría repercutir en cinco aspectos clave de la política mundial:

1. La guerra de las vacunas

La vacuna contra la covid-19 desarrollada por Rusia, la Sputnik V, está siendo una valiosa herramienta diplomática para Vladimir Putin. Países de Latinoamérica, África e incluso de Europa han firmado compras de este antídoto que ha demostrado una alta efectividad contra el coronavirus. La Unión Europea estaba debatiendo si comprar o no la Sputnik debido a la lentitud con la que van llegando las otras vacunas. Eslovaquia se convirtió en el segundo país del bloque, tras Hungría, en acceder a ella, mientras que República Checa encargó dosis a Moscú y Austria estudia empezar a producirla en su propio territorio, como hará Italia. En este contexto, Estados Unidos podría presionar a Bruselas para que no compre la vacuna rusa haciendo llegar más dosis desde EEUU hasta Europa.

2. Arsenal nuclear

Fue el primer gesto de acercamiento entre Biden a Putin. En febrero, Estados Unidos y Rusia acordaron prorrogar el acuerdo Nuevo START de desarme nuclear hasta febrero de 2026. Con este compromiso, las dos potencias mundiales limitarán el número de armas nucleares estratégicas en su poder, lo que implica “verificar los límites en los misiles balísticos intercontinentales, los misiles lanzados desde submarinos y los bombarderos pesados rusos hasta febrero de 2026”, según el texto del acuerdo.

En 2019, Estados Unidos se retiró formalmente del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), firmado en 1987 por Ronald Reagan y Mijail Gorbachov. El gobierno de Donald Trump y la OTAN acusaron a Rusia de violar el pacto con el despliegue de un nuevo tipo de misil crucero, algo que Moscú negó. La desconfianza mutua podría hacer naufragar la prolongación del acuerdo Nuevo START pactada hace tan solo un mes y medio.

3.-Guerra informativa

Las campañas de desinformación de los cada vez más eficaces medios rusos, además de los bombardeos de noticias falsas pro rusas desde las redes sociales, compiten cada vez más con los medios norteamericanos. El año pasado, Sputnik News informó que el virus había sido creado en un supuesto laboratorio de la OTAN. Como se detalla en el informe Mueller de 2019, una fábrica de trolls en San Petersburgo trabajó las veinticuatro horas del día para usar las redes sociales para exacerbar la polarización política que existía en la sociedad estadounidense. Moscú también ha extendido sus tentáculos a los países europeos, incluido España, donde Cataluña fue un elemento más de distorsión moscovita, puede aumentar la incertidumbre y desestabilizar sociedades. Varios países de la Unión Europea están más cerca de algunos postulados rusos que de Bruselas, tanto por historia como por cuestiones prácticas, como ha sucedido con la vacuna Sputnik.

4.-Conflictos latentes: de Ucrania a Venezuela

Desde la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, las relaciones entre ambos países han empeorado. Una de las primeras consecuencias fue la imposición de sanciones económicas que han debilitado la economía rusa. Washington acusa a Moscú de expansionismo en la región de influencia soviética, mientras que las autoridades rusas señalan que EEUU está incumpliendo los compromisos históricos de no acercar la OTAN a Rusia. Ven en Ucrania un claro ejemplo de cómo la UE y EEUU quieren atraer a Kiev para impulsar posteriormente su adhesión a la Alianza Atlántica. Aunque Estados Unidos no está incluido en el “Formato de Normandía” (Alemania, Francia, Rusia y Ucrania), que busca acabar con este conflicto congelado, mantiene un papel clave en las negociaciones por la paz y en el apoyo a Ucrania.

Moscú también ha sido un actor destacado en la crisis venezolana. Si las relaciones con Washington empeoran, Putin podría aumentar su nivel de apoyo al régimen venezolano con la venta de armamento y nuevos créditos para reflotar las alicaídas finanzas del país caribeño. En Siria, la situación cambió desde que Putin decidiera enviar soldados a petición del dictador Bachar al Asad. La presencia rusa en Oriente Medio podría contribuir a una mayor pérdida de influencia norteamericana en la región.

5.-Echarse a los brazos de China

La ruptura de relaciones entre Rusia y EEUU puede inclinar un poco más la balanza rusa del lado chino. Este proceso de acercamiento, con muchas cautelas por parte de Putin, se viene produciendo desde hace tiempo. Pero si EEUU impone nuevas sanciones y al mismo tiempo mantiene la guerra comercial con china, Pekín y Moscú seguirán caminando hacia una relación cada vez más estrecha que perjudica a los intereses americanos.